Posteriormente a la boda de Saúl Álvarez, me han estado preguntando una opinión sobre ese acontecimiento. Mi respuesta ha sido la misma. No hablo de la vida personal de las fuentes de información. Para tal efecto existen los medios especializados sobre la farándula. Lo que me ocupa es su trayectoria deportiva, sobre todo, sus inicios porque los viví como parte de su equipo.
Con relación a su controversia con Oscar de la Hoya tengo que admitir que el mexicoamericano miente. Él no fue quien llevó a Saúl a pelear a los Estados Unidos. De la Hoya estuvo insistiendo en hacer una sociedad con Rafael Cobra Mendoza (RIP) por algún tiempo, tengo una grabación sobre el tema donde le insiste, le ruega que por la promoción conjunta.
La primera vez que peleó en Estados Unidos fue el 24 de octubre del 2008 contra Larry Mosley, donde De la Hoya participó con un porcentaje muy bajo, esa pelea se realizó en el Hotel Casino Morongo en Cabazón; la segunda contienda se llevó a cabo bajo la promoción de All Star Boxing de Tutico Zabala y Ricardo Maldonado el 5 de diciembre del 2008 en Miccosukee, Miami contra el colombiano Raúl Pinzón. Ambas peleas las ganó.
Posteriormente peleó en el palenque del auditorio Benito Juárez contra el dominicano Euri González en una difícil pelea, según palabras del Chepo Reynoso, que ganó por nocaut técnico. Enseguida peleó contra Michel Rosales en Tepic; luego contra el ruso Marat Khuzeev, el argentino Carlos Leonardo Herrera en Puebla, donde ya se estaba cocinando la traición de uno de los Reynoso, al final me comentó: “Rulas, ya estamos tratando con otras personas para que lleven al Canelo a pelear a Estados Unidos”.
Para ese entonces Saúl ya tenía cartel, don Rafael Mendoza le había conseguido un buen contrato con Televisa desde que peleó contra Michel Rosales; finalmente el 6 de marzo del 2010 sostuvo una pelea contra Lanardo Tyner en Tepic, Nayarit. Ganó a duras penas porque el norteamericano estuvo a punto de noquearlo.
Al final de la contienda, don Rafael me confió que se retiraba de su representación. Me explicó los motivos que revelaré en un texto que estoy escribiendo sobre su biografía boxística. No me lo dijo, pero fue evidente que se trató de una traición.
Días después me pidió que ayudara a Oscar de la Hoya a organizar una rueda de prensa en Guadalajara que me iba a pagar. La organicé y jamás me pagó. La Cobra me preguntó qué iba hacer. Sin dudar, le dije: “usted me invitó, con usted me voy”. De la Hoya no hizo a Saúl. Miente.
Por Raúl de la Cruz