El PAN encara principalmente tres desafíos:
El primero es recuperar su identidad y prestigio para enfrentar a la 4T, que con el aparato del Estado se impone y con el uso delictivo de recursos públicos compra su clientela electoral.
El segundo es sobreponerse a un sistema político corrupto y corruptor. A la mayoría de los mexicanos les repugna la política. Muchos se afilian a los partidos para recibir, no para dar, sobre todo en el oficialismo. Por eso, con muchos ciudadanos valiosos, esos institutos son también agencias de colocaciones.
Su tercer reto es luchar contra leyes facciosas y funcionarios electorales subordinados al gobierno.
Ya veremos qué logra el PAN con su relanzamiento, pero fue honesto al ser autocrítico y expresar su propósito de corregir errores. No obstante, también debe abrirse a la crítica que recibe de afuera, distinguiendo la valiosa de la que es infundada o injuriosa.
Un ejemplo: se acusa al PAN de correrse a la ultraderecha totalitaria (imitando, dicen, a Bolsonaro, Milei y Bukele) por sostener que en la política los valores superiores deben ser la patria, la familia y la libertad.
Pues en ello no hay corrimiento alguno; desde su fundación (hace 86 años) la patria, la familia y la libertad han sido la inspiración de su lucha, por considerarlas consustanciales a toda nación.
Ciertamente, el PAN debe analizar con cuidado sus cambios. Por ejemplo: que con un “clic” en su celular cualquiera resulte militante panista me parece que será catastrófico para el partido, porque lo hará ingobernable, ofenderá a los panistas de cepa y será una oportunidad de oro para que entren en manada pícaros, mafiosos y saboteadores. Será ponerles a su disposición un gigantesco Caballo de Troya.
El PAN debe seguir siendo una institución seria y mantener los requisitos (vigentes durante sus 86 años) para acreditar a sus militantes (con derechos y obligaciones), al tiempo de acoger como simpatizantes a quienes simplemente se identifiquen con la ideología panista.
No es más fuerte ni más servicial el partido con mayor número de asociados, sino el que acepta el diálogo y los acuerdos de buena fe, que tiene mejores liderazgos y las propuestas más sensatas y atractivas para los ciudadanos.
El PAN debe atraer generosamente a los líderes valiosos que hay en el país, de todos los sectores y clases. Si el gobierno compra votos y voluntades, Acción Nacional debe abrirse a quienes quieren rescatar a México.
Es cierta la debilidad de Acción Nacional, pero también su capacidad para seguir siendo la mejor opción de gobierno y de precipitar la caída inexorable del inepto, corrupto y perverso régimen actual. Con talento, trabajo y generosidad el PAN se fortalecerá como instrumento de los ciudadanos para amar y servir a su patria, a sus familias y a sus libertades.