El cambio de régimen ocurrido en 2018 ha sacado lo peor de algunos de nosotros. Los mexicanos podemos ser mañosos principalmente cuando la codicia ronda nuestro espíritu; mentirosos cuando queremos ganar la voluntad de las mayorías; desconfiados cuando nos movemos en un ambiente de traición. Eso es lo que ha sacado la oposición en este ambiente político que estamos viviendo. Bajo la consigna de “El INE no se toca” lograron engañar a un amplio segmento que no está acostumbrado a informarse responsablemente, engañándolo con que la reforma electoral tenía como objeto principal desaparecer a nuestra institución electoral.
Miles marcharon para defender su “INE”; ¡su tarjeta de identificación electoral! Detrás de esta mañosa campaña está, como siempre, el dinero. Realmente la oposición está en contra de que se les quite el financiamiento a sus partidos en tiempos de no campaña. Pero en lugar de oponerse con argumentos válidos —que los hay—, ocultaron su intención con la maña de la mentira y la manipulación. Y la forma más democrática que el Presidente propone que sean electos los consejeros del INE la atacan bajo la desconfianza de que así el Presidente impondrá a sus consejeros porque Morena votará con él.
Esta actitud de dar lo peor de nosotros mismos es autodestructiva porque así nunca tendremos una oposición fuerte, necesaria para los contrapesos. No hay propuestas ni contrapropuestas en un ánimo de convergencia por el bien del país. El campo de propuestas es muy fértil en el ámbito de reglas electorales, y principalmente genera líderes necesarios. Y solamente con una actitud propositiva podrán construir una oposición válida.
En el debate sobre la reforma que tuvo lugar ayer, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales expuso una serie de posibilidades que se exploraron durante las sesiones de la comisión donde hubo convergencias. Por ejemplo, cambiar la forma en que se proponían los candidatos a consejeros. O adoptar el sistema de segundas vueltas. O establecer un sistema mejorado de elección de diputados.
Pero algo ocurrió y la oposición se cerró con un rotundo “no”.
Es una lástima. Nos perdimos la oportunidad en esa convergencia de haber dado un paso más en nuestra historia democrática.
Patricia Armendáriz
@PatyArmendariz