La población ocupada en México sufrió su descalabro más fuerte durante la pandemia el segundo trimestre de 2020, cuando perdimos 10 millones de empleos. De ahí en adelante se ha venido recuperando, en parte, con ocupaciones de tiempo completo (5 millones) y con un aumento en personas que regresaron a la vida laboral como subocupados (3 millones concentrados en el sector servicios), quedando aún por recuperarse 2 millones con respecto del primer trimestre de 2020, al inicio de la pandemia.
La pérdida de empleos se encuentra concentrada en el sector privado formal (empresas constituidas como sociedades y trabajadores independientes), ya que los otros sectores prácticamente se recuperaron, incluido gobierno y el sector informal. Esos 2 millones de empleos perdidos en el sector privado formal se encuentran divididos: un millón en las empresas constituidas como sociedades, concentradas estas pérdidas en pequeños y medianos establecimientos, y un millón en trabajadores independientes. Por sectores económicos, el sector primario ya se recuperó en su totalidad y hasta presenta aumentos ocupacionales con respecto a marzo de 2020, lo mismo que el sector secundario, y el déficit de esos 2 millones se encuentra en el sector terciario o de servicios.
Recapitulando: la pérdida ocupacional y la subocupación más importantes están concentradas en micro, pequeñas y medianas empresas, en el sector terciario o de servicios. Este sector en México, y el mundo, es el que enfrenta el inmenso reto de reinventarse, porque la naturaleza de los servicios demandados por la población cambió en muchos casos radicalmente. En particular, los alimentos, educación y hasta la salud están siendo solicitados digitalmente. En otros casos la demanda, como el transporte público, por ejemplo, ha disminuido por los que deciden quedarse en casa a trabajar.
Existen entonces 5 millones de microempresarios, algunos subocupados y otros sin remuneración alguna, que en su mayoría se encuentran en supervivencia activa, buscando un nuevo modelo de negocios para su emprendimiento. Ahora más que nunca se deben reactivar mecanismos de apoyo en su incubación, capacitación, acceso a tecnologías digitales y financiamiento.
Patricia Armendáriz
@PatyArmendariz