Cultura

¿Quieres que te cante un cuento?

luis m. morales
Luis M. Morales

“No hay cómo envejecer

a José Alfredo”

Carlos Monsiváis

Con frecuencia afirmo que mi primer cuentacuentos fue mi padre. No es arbitraria la afirmación ya que, desde muchos ángulos, sus canciones son cuentos. Quizás no baste con decirlo, necesito entrar con ustedes, queridos lectores, a recorrer esos senderos que nos llevan por la magia de los cuentos. Debo relatar, también, que mi generación creció escuchando a Cri-Cri y yo, de modo particular, a Chava Flores, pues era uno de los mejores amigos de José Alfredo.

Es gracias a la oralidad que hemos logrado conservar y difundir esta cultura ancestral que ha ido pasando de generación en generación hasta nuestros días. De esta manera, conservamos en la memoria tradiciones y costumbres heredadas de nuestros ancestros. Las canciones nos cuentan algo, ese algo es una historia, un hecho, una anécdota. Las canciones narran dichos acontecimientos al son de algún o algunos instrumentos. Yo tuve la maravillosa oportunidad de crecer al lado de grandes compositores y autores que fueron mis cuentacuentos.

Tomaré las características que Valentina Pisanty señala como los rasgos fundamentales del cuento popular: ausencia de descripciones; las fórmulas y las repeticiones; la falta de caracterización de los personajes; la total ausencia de la primera persona narradora (este rasgo es válido en la mayoría de las canciones que están ligadas al cuento popular) y, finalmente, la indeterminación de la estructura espacio-temporal.

Elegí tres canciones de la lírica popular mexicana, que comparten el mismo tema: la boda. Sin embargo, el tratamiento de cada una es muy distinto. De Chava Flores, “La boda de vecindad”, de Gabilondo Soler (Cri-Cri), “El jicote aguamielero” y de José Alfredo Jiménez, “Tierra sin nombre”. El primero es el mejor exponente de la crónica urbana en su tiempo, Cri-Cri, el representante de la canción infantil y mi padre uno de los más grandes compositores de música ranchera.

Sabemos que el autor de canciones no puede hacer descripciones largas, de ahí que para presentar su tema y personajes tenga que hacer uso de la brevedad, la metáfora y otras figuras poéticas. Gabilondo lo describe así:

La reina de las abejas estaba en el panal, y le dijeron regia majestad: alguien le quiere hablar. Cortado entró el Jicote, humilde de condición, pero ilusionado de pedir, pedirle su corazón…

Chava Flores aborda el tema presentando a los novios dentro del entorno en el que se realizará el enlace:

Se casó Tacho con Tencha la del ocho, del uno hasta el veintiocho pusieron un festón; engalanaron la vecindad entera, Pachita la portera cobró su comisión…

Por su parte, el narrador de Jiménez, utilizando la forma canónica desde el primer verso, anuncia la noticia, casi como un vocero que quiere vender los ejemplares que relatan su nota roja. José Alfredo inicia el corrido con lo que podríamos llamar un desenlace. Nos ha contado el final y, sin embargo, ha sembrado en el escucha la curiosidad de enterarse de la historia completa.

Voy a cantarles la historia de una mujer que murió; quiso adorar a dos hombres y la vida le costó. Su corazón supo amarlos porque ese fue su destino, aunque sabía que adorarlos era placer y martirio…

Los tres cuentos cantan versiones de un hecho que representa uno de los ritos que los humanos celebramos desde hace muchos siglos. Una costumbre que celebra la sociedad con el fin de preservar la familia. Tenemos a Cri-Cri presentando una clásica fábula alegórica en donde la Reina de las abejas se enfrenta al Jicote aguamielero. Los personajes son planos como en todos los cuentos populares, el conflicto aparece en la lucha de clases.

Salvador Flores en “La boda de vecindad” también presenta a los personajes planos mediante apodos o diminutivos, construyendo una descripción urbana de la sociedad. José Alfredo utiliza el genérico buscando que el relato, aunque impreciso, sea universal.

El Jicote en su defensa canta: Leí que éramos iguales asegún la Constitución, la sociedad sin clases la creí, pero ya veo que no…

Salvador Flores describe los hechos: Tencha lució su vestido chillante que de charmés le mercó a don Abraham, mas con zapatos se m’iba pa´delante, pero iba re elegante del brazo de su ‘apá…

Jiménez, eligió un narrador omnisciente, con la autoridad de un juglar de la Edad media enlazando los sucesos:

Cuando salieron los novios se oyeron varios balazos; su pistola cayó al suelo y ella cayó entre sus brazos.

Tres relatos, tres maneras de narrar, tres grandes compositores de México y tres cosmovisiones que podrían escuchar apaciblemente después de haber leído esta reflexión.

Paloma Jiménez Gálvez*

*Doctora en Letras Hispánicas

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Paloma Jiménez Gálvez
  • Paloma Jiménez Gálvez
  • paloma28jimenez@hotmail.com
  • Estudió la maestría en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana, y es Doctora en Letras Hispánicas. Desarrolló el proyecto de la Casa Museo José Alfredo Jiménez, en Dolores Hidalgo, Guanajuato. Publica su columna un sábado al mes.
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