Política

El 'Método Kant'

A diferencia de otras ocasiones, el proceso electoral del Poder Judicial me volvió presa de un dilema moral, donde quedarme en casa me permitiría no hacerle el caldo gordo a una farsa orquestada desde el Estado o, bien, podía ir votar y cumplir con un deber mínimo ciudadano.

Para ilustrar la dificultad de cumplir con esta forma de deber echaré mano del Método Kant, propuesto por Jordi Gil y Julio Villalobos, el cual consta de cuatro preguntas de apariencia sencilla.

La primera busca dilucidar si la situación ¿Es una cuestión moral? Si la decisión no trae consigo ningún tipo de afectación para uno mismo o terceras personas, las preguntas se detienen y la decisión se toma conforme dicta la lógica del no daño. La segunda busca indagar si ¿Estoy siendo honesto conmigo mismo?, misma que debe responderse, como dicen nuestros autores, “con todas las luces del sentido común encendidas”. La tercera intenta determinar si es posible actuar libremente, es decir, de manera autónoma, asumiendo la responsabilidad derivada de la decisión. El método concluye respondiendo la pregunta ¿Cuál es mi deber?

A la luz del Método Kant, la elección del pasado domingo encarnaba una situación moral en toda regla, ya que su resultado traería como consecuencia la erosión de valores como la autonomía e independencia del Poder Judicial y, por tanto, de otros democráticos.

Así, dejar o abstenerse de votar daba paso libre a la imposición y el abuso estatal, por ello la honestidad con uno mismo obligaba a no regalar la posibilidad de sumar un voto más a lo que se consideraba justo.

Quienes no comemos por obra y gracia de la 4T teníamos plena libertad de deslegitimar una votación repleta de anomalías e irregularidades procesuales, y con ello asumir el deber moral de votar en contra de lo que el régimen dictaba.

Dada la reflexión a la que nos conduce, el método nos permite concluir que quienes votaron a favor del mandato pejístico actuaron de manera inmoral, por cuatro razones: 1) traerá efectos negativos derivados de la falta de expertise e ideologización de la justicia; 2) porque el proceso drena los principios que cimientan la democracia; 3) la manipulación estatal impidió decidir con plena libertad y; 4) dadas sus anomalías, el modelo de elección no podría ser una norma universal válida en todos los países con democracia liberal. Los efectos de todo ello están por verse.


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Pablo Ayala Enríquez
  • Pablo Ayala Enríquez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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