Mucha inquietud generó en el Estado de México el anuncio del Gobernador Alfredo Del Mazo el viernes pasado, respecto a que la entidad se mantiene en Semáforo Naranja de riesgo sanitario y se abre la posibilidad para retomar, desde este 16 de marzo, algunas actividades presenciales en instituciones de educación media superior y superior, como prácticas en talleres y laboratorios, exámenes de titulación o acreditación de prácticas profesionales y servicio social.
Con todo y las ganas de regresar a la normalidad, de inmediato surgieron las preguntas obligadas ¿estamos en condiciones de regresar, aunque sea parcialmente? ¿Se ha avanzado lo suficiente en la vacunación anti Covid19? ¿Se necesita regresar ya? ¿Podremos hacernos responsables individualmente para intentar el regreso con mucho cuidado y evitar un repunte?
En la Universidad Autónoma del Estado de México el mismo viernes se informó que con el consenso de padres y alumnos para el caso de educación media superior y de los alumnos en nivel superior, en cada organismo académico se podría coordinar y verificar existieran condiciones para retomar de manera voluntaria, actividades en talleres y laboratorios, así como otras áreas de apoyo a la formación teórico-práctica, a partir del 18 de marzo.
Sin embargo, en la Facultad de Química, este lunes en una sesión extraordinaria del Consejo Académico y de Gobierno se determinó que no había las condiciones seguras para reanudar las actividades presenciales, por lo que establecieron que se debe planear y programar un regreso escalonado seguro a partir del mes de agosto, con base en el semáforo epidemiológico, con lo que han puesto una muestra que podría retrasar la idea de un avance paulatino.
El intento de regresar a las actividades presenciales dejando a la gente la posibilidad de decidir y asumir la responsabilidad de recuperar algo de la normalidad perdida hace más de un año, divide opiniones, porque la mayoría puede reconocer que se necesita restaurar las condiciones académicas, económicas, sociales y hasta psicológicas que se han trastornado de manera crítica, pero en el Estado se han vacunado solo un poco más de 600 mil personas de los más de 13 millones que deberían inmunizarse y se requieren suficientes previsiones e insumos sanitarios en instalaciones.
Es difícil y por inédito el reto, pero dada la situación, espero que este intento de regreso parcial, en un sector de la población estudiantil que se presume es más responsable para atender los protocolos sanitarios, sea complementado por la Secretaría de Educación con lineamientos bien diseñados e impecablemente comunicados para así reducir la incertidumbre, el temor y la ansiedad en los jóvenes estudiantes que se atrevan a dar el paso.
Óscar Glenn
@OscarGlenn