Este domingo por la mañana, cerca de las 6:44 horasde acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional, con el equinoccio de otoño inició en México la nueva estación del año que deja atrás el verano y sus características, para darle entrada a la recta final de este 2024 con todo lo que nos ha traído hasta ahora, después de casi nueve meses completos.
El otoño, además de la caída de las hojas y la transformación de las plantas y los árboles, que en muchas zonas de nuestro país arrojan maravillosos paisajes, en muchas culturas y zonas geográficas se considera el tiempo de cosechar todo lo que ha sido sembrado y cultivado durante el año, por lo que son meses de mucha actividad en el campo, la agricultura y diversos sectores productivos.
Metafóricamente para quienes vivimos este calendario estacional en México, el otoño puede significar también una oportunidad de cosechar y recoger los “frutos” de toda índole de lo que hemos hecho en el año, incluyendo los compromisos y metas que nos planteamos en diciembre cuando visualizábamos como serían los 12 meses del Año Nuevo.
Para algunas empresas y corporativos, esta época del año también comienza a ser de evaluaciones de los indicadores y las metas de la compañía, para poder realizar la proyección de lo que será el próximo periodo anual. Lo mismo sucede en los gobiernos y las instituciones públicas en la elaboración de sus presupuestos.
Es tiempo de cosechar, de recoger y de proyectar.
En lo personal, para el que suscribe este texto, la entrada del otoño y finales de septiembre siempre ha sido un momento de un corte natural “de caja” en el año, ya que tuve la bendición de nacer un 28 de este mes y cada 12 meses me toca recibir esta maravillosa estacióndando gracias a la vida, lo cual haré si Dios quiere este sábado al cumplir mis primeras 57 vueltas completasal calendario.
Siempre me preparo y le invito a que lo haga igual, aunque cumpla años en otro momento, sólo como un ejercicio de gratitud hacia la recta final de los 12 meses calendario.
¿Cuáles son todas aquellas cosas, circunstancias o situaciones por las que debo agradecer el que se hayan presentado y se estén presentando en este momento?
¿Cómo han sido los resultados de mis metas personales, familiares, espirituales, profesionales, financieras, sociales y todo lo que me comprometí a hacer para este año? ¿Estoy a tiempo de cumplir la mayoría? ¿Hay algunos que de plano no haya podido ni siquiera intentar? ¿Por qué? ¿Cuáles han sido los contratiempos y aprendizajes que se han presentado sin estar contemplados? ¿He tenido pérdidas? ¿Cuál es mi balance?
Le invito a ir resolviendo esas interrogantes y a ponerle acción en lo que falta del 2024.
En mi caso esta semana me voy a deshacer de lo que ya no debo almacenar, de lo que ya no uso o de lo que ya cumplió su ciclo, además de hacer mi propio inventario y de dar muchas gracias a Dios por todas las bendiciones y sorpresas para mi y para mi familia en este periodo que cierro.
¡Bienvenido el otoño!