¿Qué tan incómoda te atreves a ser? ¿Tu, la que educaron para cerrar las piernas, bajar la mirada,
casarte con el que pega menos fuerte, y ser la siempre complaciente niña de los dieces?
Nos miran hacia abajo, como si esperaran que en vez de exclamar pidiendo cuentas les agradeciéramos que ya podemos estudiar, que ya somos personas, que ya votamos, que ya nos divorciamos, que ya tenemos pensiones irrisorias.
Que cuando nos matan a nuestras hijas podemos ir y poner una denuncia que se empolva en sus juzgados. Eso está bien.
Lo que no les gusta es que nos calcemos los tenis y vayamos a escarbar en sus fosas comunes.
Que nos paremos frente a las instituciones y no soltemos, nos aferremos a la idea de que nos deben respuestas, nos deben castigo, nos deben justicia.
No les gusta que no nos conformemos con un 15% de pensión en juzgados. No les gusta que colguemos rostros de deudores por todos lados.
No les gusta que aspiremos a puestos políticos donde no pretendamos ser las bien portadas.
No les gusta que les exijamos sacar la iglesia de nuestras vaginas y nuestras opiniones, que no usemos calzones, que amemos a otras mujeres, que construyamos acciones y reacciones políticas a partir de la rabia.
No les gusta. Pero adivinen.
Estamos dispuestas a ser las incómodas, las no queridas, las de las piernas abiertas y las faldas cortas, las lesbianas, las madres buscadoras, las que marchan, queman, rayan, las que cuidan, las que denuncian, las que hacen tendederos, las que anulan sus migajas.
Estamos dispuestas a todo, porque ninguna victoria en el reconocimiento de nuestra existencia ha sido dada si no es tomada por la fuerza.
Le vas a incomodar al padre cuando cuentes tu infancia y la verdadera historia arrasesobre su reputación.
Le vas a incomodar al tío al ver a su hermano descubierto y al verse él mismo en los espejos
Le vas a incomodar al esposo a señalarlo, al enseñarloal irte, al no aguantarlo.
Le vas a incomodar al hijo cuando le exijas que se haga cargo
y pague la pensión...
O deberías Deberías serles incómoda a todos.
Alzar los puños
Raspar la voz
Prestar las letras
Ponerle nombre
Violencia
Vicaria
Económica
Física
Emocional
Patrimonial
Sexual
Nos deben.
No lo olvides.
