La maternidad, como todo mito, difícilmente resiste los golpes de realidad. Ni todas las madres han elegido serlo, ni hay una garantía de que el vínculo entre ellas y su bebé surja necesariamente. También hay madres que viven su embarazo en condiciones excepcionales: adictas cuyo consumo daña enormemente al producto en gestación, mujeres en zonas de guerra o de desastres naturales y un cúmulo de otras situaciones que disparan los nacimientos prematuros. Tan solo en México, cada año, 200 mil infantes nacen antes de término.
En todos estos casos, el que pareciera ser el proceso natural inmediato, la lactancia, tan necesaria en los primeros años de vida, ya que garantiza nutrientes y otros biofactores que inciden positivamente en la vida saludable, pudiera no ocurrir, afectando y poniendo en riesgo la vida de los recién nacidos.
Pero un grupo de científicas y científicos de la Universidad de Guadalajara acaban de dar a conocer masivamente una potencial solución a este problema. Han logrado deshidratar leche materna hasta convertirla en un polvo que conserva el 95 por ciento de las propiedades que tiene en su origen líquido.
Contar con ese alimento en dicha presentación abre un sinfín de posibilidades para su distribución, ya que requiere mucho menos espacio (50 litros caben en una caja de 30 centímetros por lado) y, sobre todo, no es necesario refrigerarla para mantenerla en buen estado.
Sin embargo, el desarrollo de esta tecnología no resuelve todos los problemas. Se requiere que mujeres con capacidad de producción superior a la que requiere la alimentación de sus propios hijos, estén dispuestas a extraerla y ponerla a disposición de quienes la transformen.
Y, como en todos los temas que tienen que ver la redistribución de las tareas de cuidados, se requiere con urgencia que el Estado intervenga. Efectivamente, nadie puede suplir a las nodrizas en esta función nutritiva, pero sin duda depende de las autoridades facilitar el altruismo vinculado a este proceso. Recolección, preservación, puesta a disposición, transformación, criba de beneficiarios y entrega son labores que con mucho trascienden la buena disposición a donar leche.
 
	