Por razones no tan desconocidas, el debate de candidatos a la presidencia de la república del domingo anterior fue un fiasco. La esencia de los debates esta en escuchar diversas posturas, razones o análisis en relación con una misma cuestión, pregunta o afirmación ante la cual los debatientes se pronuncian a favor, en contra o hacen un análisis del porqué conviene una postura a favor de la idea su formación política, y de ahí puede derivar una solicitud de voto con base en ese análisis y posturas. El domingo pasado fueron tres mítines populacheros en televisión, sin otra postura que “voten por mí”.
Las realidades del país quedaron lejos, fueron ignoradas y quién vio y escucho, se aburrió. Como siempre hay realidades a favor del gobierno y su candidata. La más brillosa y sobada es “apoyos sociales en efectivo” a varios millones de personas, en principio, viviendo en situación de pobreza. Y también hay realidades en contra evidentes y hasta lamentables. La más ventilada es la inseguridad. Ni siquiera con tres o cuatro cientos de miles de personas dedicadas a la persecución de delincuentes la seguridad ha aumentado en alguna forma significativa. El debate no tocó “ni con el pétalo de una rosa” ese acierto y ese fracaso. Se aludió de mil formas. Ninguna conecto con el auditorio.
Lugares comunes y menos aún.
Los asuntos y las situaciones en “focos rojos” o al menos en “amarillos” son varias. Todas necesitadas de unas estrictas, profesionales y compartidas soluciones de largo plazo. No dependen de las posturas políticas o de creencias en “algo”. Son hechos, realidades con un comportamiento definido por las características del problema, no las creencias de buena o mala fe de quien trata de resolver. Si Pemex está en muy serios problemas financieros se requiere una mirada objetiva para medir y pesar las situaciones, y una mirada subjetiva para decidir las rutas de solución, lo que costará en el nivel de vida de los mexicanos, y sobre todo establecer la ruta de largo plazo a seguir. Pemex no se resuelve en un sexenio, quizá ni en dos.
Esos asuntos son los debatibles: Candidatos: ¿cómo se propone usted resolver Pemex?
¿Cuánto costará a los mexicanos? Cambie el lector Pemex por seguridad, migración, medicinas, pensiones, justicia, educación… por lo menos. Temas para más de un sexenio.
Datos, dineros, paciencia, decisiones para hoy y mañana.