Al hacer una revisión del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2026, se puede observar que tiene asignados recursos por 5 mil 516 millones 838 mil 885 pesos en el rubro de subsidios para organismos descentralizados del estado de Puebla.
Es decir, se trata de participaciones que llegarán a los organismos considerados como entidades paraestatales, como universidades, colegios e institutos, comités, fondos y fideicomisos, así como consejos que reciben apoyos para operar.
Entre ellos destacan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento, el Fideicomiso para la Vivienda del estado, el Consejo estatal de coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el Consejo del Turismo, y el de Carreteras de Cuota entre otros.
Con ese dinero seguro se contemplan los recursos para sanear la cuenca del río Atoyac, una instrucción directa de la presidenta Claudia Sheinbaum, que ordenó destinar más de mil 500 millones de pesos dentro del plan hídrico, el cual contempla otros afluentes contaminados en el país.
Dentro de esa categoría, el reporte del PEF 2026 incluye estados como Nuevo León que recibirán 6 mil 964 millones 227 mil 93 pesos, o San Luis Potosí con 5 mil 815 millones 199 mil 23 pesos, o Baja California Sur con 614 millones 796 mil 818 pesos, que es de los que menos reciben.
Hay otros conceptos como el subsidio para acciones en materia del agua y distribución del programa hídrico, donde nuestro estado recibirá 89 millones 450 mil 887 pesos por subsidio hidráulico.
Otra de las instituciones incluidas en el presupuesto federal del próximo año, es la Universidad Intercultural del Estado que recibirá 10 millones 608 mil 827 pesos para sus programas en beneficio del alumnado.
En una entidad como Puebla, donde su principal río es de los más contaminados del país, sino es que el más, sin duda es urgente una estrategia integral para atacar todas las fuentes que descargan sus desechos, pero además de dinero se requiere voluntad política.
De igual manera, para combatir otro de los flagelos de nuestra sociedad como es la violencia generada por el crimen organizado. Igual que con el agua, para combatir a los delincuentes, se requiere equipamiento e inteligencia para enfrentarlos, pues de lo contrario seguiremos respirando el hedor de las aguas pestilentes, y el miedo que nos genera la inseguridad en nuestras calles.