Ayer el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció una sección en su rueda de prensa diaria ofrecida desde Palacio Nacional que tendrá como objetivo de explicar “las mentiras de la semana” y “combatir las noticias falsas”.
Otro quién es quién pero ahora con la versión oficial ofrecida por el gobierno de México respecto a la información difundida por los medios de comunicación que según y a criterio del oficialismo es la versión real de las noticias que se dan a conocer.
El tema es desafortunado, pues la intención no parece ser el orientar a las audiencias, sino más bien dedicar un espacio a combatir todo aquello que no cuadre con los intereses del gobierno en turno, de nuevo la polarización y la confrontación. De nuevo el Ejecutivo se convierte en el juez de todo y poseedor de la verdad absoluta, pues nadie puede contravenir, ni sus propios secretarios la información que posee en la forma de “otros datos” que si observamos de cerca vienen a ser información que por lo menos carece de fundamento y es poco certera. Creo que los esfuerzos del ejecutivo en turno deben encaminarse en resolver problemas más graves que tiene nuestra nación en lugar de convertirse en paladines de la información, y para evitar las fake news como dicen incrementar la transparencia por ejemplo con la que se conduce el gobierno evitando la reserva de muchas de las acciones del gobierno.
Entre ellas por ejemplo declaró como reservados o confidenciales documentos sobre el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, los contratos para la compra de vacunas, datos de muertes sobre COVID, por suministro de heparina sódica en un hospital de Pemex, Tlahuelilpan, el avión presidencial y el operativo contra Ovidio Guzmán.
Así las cosas antes de exhibir a lo que han llamado la prensa conservadora, deberían en el gobierno abrirse a la transparencia, a defender el libre acceso a la información, más allá de lo que se quiere decir en las conferencias matutinas que al final se convierten solo en un canal unidireccional de información.
México dará un paso adelante en la medida en que la información fluya sin cortapisas, que se defienda la libertad de prensa por sobre todas las cosas y que haya un trabajo coordinado que permita una relación en la que el único ganador sea el ciudadano de a pie. _
Miguel Ángel Puértolas
miguel.puertolas@milenio.com