¿Qué distingue una obra de arte? El tiempo y el afecto con que se realiza. Contrario totalmente a la producción industrial, las piezas que se elaboran de una en una, pintadas a mano, escritas de página a página, de nota en nota. Así los días de la vida, no se producen en una máquina con poleas y bandas transportadoras; los días brotan de la tierra porque una mano sembró su semilla con tiempo y afecto: Uno mismo es artífice de esa obra de arte llamado “hoy”- Se moldea con un barro que se amasa y humedece con cada sonrisa y cada lágrima, con cada error y cada acierto. Ese tiempo y afecto que se da uno a sí mismo, será la materia de la propia serenidad, no de la paz, porque hay contraposiciones (no alcanzan la categoría de guerra), necesarias en la vida, como las comillas en los párrafos que no son de la propia autoría, es decir, se introducen en la trama porque se les da el espacio para su función.
El asunto es que aquello de la sublimación filosófica del Arte ya no me funciona, aquello del libro objeto y su poder místico ha perdido significado y sólo el trazo de la letra tiene sentido. Para qué asomarse a un adentro de una línea, asomarse a un adentro en un cuenco, asomarse a un adentro en una pintura, si vivimos en la piel de la realidad.
He vuelto a sentir lo que el duelo por mi padre provocó en mi poema: “La pasión de vida se me va a dar ahora, en flores pequeñitas teñidas de violeta. / Ni enormes llamaradas ni portentosas caídas de cascada; / la lluvia… gota a gota, / los días… uno a uno.” Vuelve la sabiduría de esa época, que olvidé por pretender asomarme a la profundidad de la nada que son las ideas.
Dejaré la sofisticación del pensar y el decir, para relleno del tronco hueco, del árbol de las palabras sin viento. Aunque se alcen todos los oídos para escuchar, si no hay viento, el sonido no existe, hasta que el movimiento membranoso y nervioso…vibra. Aquí todo es silencio que se interrumpe con los juegos del hombre patinando sobre la piel del planeta, con ayuda del viento, que limpia, sana, destruye y habla.
Juega con el balón de lo importante, mas dedícate tiempo y afecto, recordemos: No hay más hondura que el silencio y el abrir de la flor del día en sus pétalos de instantes, el viento hará lo que haga falta para que el mundo siga girando. _