En 1540, Blasco de Garay presentó a Carlos V un esbozo de máquina movida al vapor, aplicada a la navegación, y continuaron los inventos hasta 1825, con la locomotora creada por George Stephenson, en Inglaterra.
Con la Revolución Industrial, se transportó a personas y mercancías en locomotoras y barcos de vapor.
La construcción de líneas ferroviarias en Europa influyó en la economía y reducción de precios.
En Estados Unidos apareció el ferrocarril por 1830, así como en Rusia, China, Japón, Australia y Canadá.
En el libro “Los Ferrocarriles de México 1837-1987” de la Sría. de Comunicaciones, se relata que el gobierno mexicano, en 1837 autorizó a un comerciante español, Francisco Arrillaga, la construcción de la línea México-Veracruz, que no se efectuó por la Guerra de los Pasteles con Francia.
Bajo Antonio López de Santa Anna, en 1850, se construyeron 14 km de vía entre la ciudad de Veracruz y El Molino.
Se intentó comunicar a Veracruz con algún puerto del Pacífico sin resultado. Un convenio con una compañía inglesa fue cancelado por las guerras de Intervención y del Imperio.
Bajo el imperio de Maximiliano se concedió a una compañía inglesa, con subsidio del Estado, la vía México-Apizaco de 139 km que inauguró el emperador.
Benito Juárez expidió un decreto otorgándole propiedad perpetua, fuertemente criticado hasta su modificación. En septiembre de 1869 se inauguró el tramo Apizaco-Puebla, y el resto hacia Veracruz se terminó en diciembre de 1872, ya fallecido Benito Juárez.
El 1 de enero de 1873 se reunieron en Buenavista los invitados al viaje inaugural, que salió en la madrugada, recorriendo los 423.7 km entre México y Veracruz, vía Orizaba.
Viajaban el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, acompañado de una comitiva oficial y muchos periodistas. El diario “El Federalista” escribiría:
“La locomotora e inmensa cauda de vagones va orillando abismos que causan vértigos. A veces el camino está tallado en roca viva… se pasa de la cúspide de un cerro a otro… tantas sinuosidades tiene la vía que parece una enorme serpiente”.
Se iniciaba en México una nueva era de modernidad, que afortunadamente ha continuado.