A pesar de qué la Comisión Nacional del Deporte bajo la “administración” de Ana Guevara acumuló tres denuncias penales ante la Fiscalía General de la República (FGR), por malos manejos de 598 millones de pesos, la ex subcampeona olímpica vive en la impunidad.
Luego de escudriñar todas y cada una de las miles de facturas y comprobantes de pago que realizó a esa dependencia de 2018 a 2024, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) tras 6 años de ejercicio y con graves anomalías, la referida está obligada a presentar ante la FGR más denuncias contra los funcionarios que resulten responsables.
Las auditorías practicadas de forma constante a la Conade se debieron a la suspicacia que pesaba sobre Guevara, por la forma abusiva y desordenada que manejó los recursos del erario.
La ASF precisó que los 598 millones de pesos que arrojó el fondo malversado se origina de 44 ejercicios que auditores de la ASF identificaron, donde los recursos públicos habrían sido mal ejercidos por los funcionarios de la Conade.
Según datos de la dependencia auditora, los ejercicios se desprendieron de irregularidades que los propios practicantes ya habían advertido y no obstante esas precisiones, las mismas no fueron subsanadas.
Por ello, con la última compulsa realizada por la ASF existe un presunto desfalco de más de 70 millones de pesos como parte del monto total de 598 millones observados en las cuentas públicas de ejercicios anteriores.
Los resultados revelados y que la misma Guevara ha descalificado por su arrogancia, provienen de auditorías que apuntan a anomalías que de buena o mala fe se registraron en la administración de fondos destinados al fomento deportivo.
Surgieron una y mil dudas por los reiterados malos manejos financieros del gasto de la Conade y que, en apariencia, no fueron utilizados o destinados a compra de material inherente al desarrollo o utilización de parte de los atletas.
Lo que sí es un hecho que la Guevara transgredió todas las reglas y la Ley Federal de Servidores Públicos porque hizo lo que le dio la gana al frente del máximo organismo rector del deporte en México.
Y ello se debió principalmente a que fue protegida de todos los ataques que recibió la sonorense por el dolo que aplicó a la hora de referirse y de otorgar los recursos públicos a los atletas, que con méritos suficientes exigieron lo que por ley les correspondía.
Empero, la Guevara se refirió con despotismo a los atletas que la increparon por su prepotente actitud, a los que incluso insultó y agredió con paradojas de referencia cuando ella fue atleta de alto rendimiento.
Si Claudia Sheinbaum pasa por alto y tampoco sanciona las graves anomalías cometidas por la medallista olímpica de Atenas 2004, persistirá el desorden en su administración, toda vez que cualquiera que salga cuestionado en su ejercicio como ha ocurrido con Adán Augusto López, coordinador de los senadores de Morena, viven “tan campantes”.
Notas de Trascendencia
Héroes Anónimos
Luego de las graves inundaciones que sufrieron los pobladores de Poza Rica y que enlutaron a decenas de familias la semana pasada, por el desbordamiento del río Cazones, los primeros reportes señalaron que ese río alcanzó niveles históricos de acumulación de agua, con lo que superó los 7 metros de altura.
Para el amanecer, gran parte de Poza Rica estaba bajo el agua por lo que las autoridades declararon estado de emergencia en la región, cuando ya todo era un caos y desastre.
Hubo decenas de movilizaciones de gente de la sociedad, de funcionarios públicos locales y federales, todos con el mismo objetivo: ayudar a los más desvalidos que se contaron por decenas de miles y que gritaban desesperados, por los niveles de inundación que nunca antes había vivido Poza Rica.
Sin menoscabo de nadie, funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad fueron los primeros en acudir a la ayuda de la sociedad desvalida, con lo cual las reparaciones a las líneas de interconexión para la energía eléctrica comenzaron a realizarse a partir de que bajó un poco el nivel del agua.
Fue entonces cuando entró en acción el equipo de la propia CFE para reconectar a toda la población. Y lo hicieron en unas cuantas horas para beneficio de miles de damnificados.
Leopoldo Rodríguez Soto, gerente de la División de Distribución Oriente, entró en acción sin importarle llenarse de lodo y agua sucia, e incluso hasta en riesgo de su propia vida acudió al deber ciudadano, a la cabeza de decenas de trabajadores de la CFE.
La propia directora de la CFE, Emilia Esther Calleja Alor, llegó unas horas después de las inundaciones. Aunque los más necesitados dirían que era su obligación, lo cierto es que ambos pusieron un ejemplo de vida que hoy los mismos ciudadanos veracruzanos les agradecen.
Y aunque no lo crea, apreciado amigo lector, en Poza Rica siniestrado, lleno de agua hasta a los aparejos, estuvo la titular de la Secretaría de Energía, Luz Elena González, en supervisión de los pormenores de las interconexiones para todos por igual. Bravo por ese ejemplo.