Que Elon Musk—el hombre más rico del mundo— insista en su intento de comprar Twitter, ha abierto una discusión sobre quiénes deberían ser los dueños de las redes sociales. Es una discusión importante: forman parte básica del día a día de al menos 4 mil millones de personas.
Pero más allá de Twitter o Meta, es importante ver qué está pasando en TikTok. Esta red la creó en 2017 la empresa china Byte Dance y ha tenido un crecimiento como ninguna otra. En septiembre de 2021, la cifra oficial era de mil millones de usuarios activos mensuales en el mundo, 45% más que en julio de 2020. Tiene más usuarios que Twitter y más descargas de app que Facebook.
La mayor parte de esos usuarios son adolescentes y jóvenes (Gen Z). Como sucedió con Youtube o Instagram, las estrellas de esta red ya son famosas a nivel mundial. La mayoría de las marcas ya están creando contenido para Tik-Tok o buscando cómo hacerlo. Roger Lynch, CEO de la legendaria editorial Condé Nast, dijo a The New York Times que están enfocados en TikTok “porque ahí es donde se congregan las audiencias más jóvenes. Lo vemos cuando lanzamos videos de Vogue: la aceptación es increíble”.
El problema es que Byte Dance es china y no hay forma de que una empresa de ese país escape al yugo e intervención de su gobierno. En ese país no existen medios críticos, la mayor parte de las apps que usamos en Occidente están vetadas y el gobierno ejerce una censura férrea en internet mientras utiliza perfectamente la propaganda.
Así que las dos preguntas claves son: ¿qué están haciendo TikTok y Byte Dance con los datos que recaban de los usuarios? ¿Qué tipo de contenidos nos está mostrando su algoritmo?
Desde 2019 hay reportes que señalan que la app espía a sus usuarios. Uno de Zak Doffman en Forbes, en 2020, decía: “Si TikTok está activo en tu teléfono mientras trabajas, la aplicación puede básicamente leer cualquier cosa y todo lo que copies en otro dispositivo: contraseñas, documentos de trabajo, correos electrónicos sensibles, información financiera”.
Sabemos que todas las redes sociales —e internet en general— utilizan nuestros datos, ya sea para vendernos mercancía de manera superfocalizada a nuestros intereses o, en el peor de los casos, para influenciar nuestros votos y el rumbo de nuestras democracias como lo hizo Cambridge Analytica. Pero en el caso de Byte Dance no sabemos si estos datos no solo los tiene una empresa, sino el gobierno chino, con todo lo que eso implica.
Y está también lo que Ezra Klein, en una columna en The New York Time, llamó “el problema de la manipulación: el verdadero poder de TikTok no es sobre nuestros datos. Es sobre lo que los usuarios ven y crean. Es sobre el algoritmo opaco que gobierna lo que se ve y lo que no”.
Klein agregó que “TikTok ha estado repleto de videos que apoyan la narrativa rusa sobre la guerra en Ucrania. Y sabemos que China ha estado amplificando la propaganda rusa en todo el mundo. ¿Hasta qué punto nos sentimos cómodos sin saber si el Partido Comunista Chino decidió intervenir el algoritmo sobre estos videos?”.
Más allá de los bailes, los videos graciosos y el buen rato que nos hace pasar TikTok a sus usuarios, es hora de poner un ojo sobre lo que ahí sucede y, quizá, pensar en por qué nos está mostrando lo que nos está mostrando.
Mael Vallejo
@maelvallejo