Nací a mediados del siglo XX y fue en el seno de la confesión católica que viví mis primeros años en los que como todos los niños, fui construyendo mi sentido de “la realidad”, a medida que mi mente infantil se bebía el mundo a borbotones y la religión era sólo un conjunto de imágenes, oraciones y conceptos, a menudo inalcanzables para mi inmaduro desarrollo.
Así, acomodado en fórmulas y dogmas aprendidos y adaptados a mi conveniencia, también a borbotones me zampé mi juventud sin cuestionarme ese tema, pero años más tarde, ese caprichoso gnomo llamado “destino” que suele juguetear con nuestra existencia, me llevó a vivir la excepcional experiencia de intentar comprender y vivenciar, la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazaret, mediante no solo la difícil representación del personaje, sino la espinosa tarea de comunicar la controversial ”Teología de la Liberación”.
Ideología política-socio-religiosa que entre otras denuncias hacia la iglesia católica, demandaba de ella un mayor compromiso social por hacer de este un mundo mejor y más justo. En la puesta en escena de la obra teatral: “Jesucristo Gomez” de Vicente Leñero.
La muerte del Papa Franciscus y del hombre Jorge Mario Bergoglio, en las primeras horas de Pascua, trajeron a mi mente aquellas utopías, que seguramente por su edad, su vocación y su nacionalidad, de primera mano vivió el joven Bergoglio, para devenir luego a ser un Papa reformador y disruptivo, que al cuestionar y romper anquilosantes moldes de la iglesia deja al mundo un gran legado humanista.
No bien pasadas ni 48 horas ya la jauría política internacional se ha volcado por hacer patrimonio suyo ese legado y la imagen de Franciscus, no ciertamente por coincidir en su postulado humanístico, sino para decorar políticamente la suya.
El término “católico”, proviene de dos palabras griegas: “kata” (sobre) y “olos” (todo).
Significa “universal” y creo que en la universalidad espiritual de Franciscus, cabíamos todos, sin distinción de raza, clase social o credo político y también uno que otro de esa jauría política internacional.