Tal vez el título que preludia estas líneas, desde aquí haya disuadido ya de su lectura a algunos de mis muy estimables lectores, no es de dudarlo, pues en estos tiempos en los que la prisa crónica se ha apoderado de nuestros circuitos mentales, solicitar atención sin remuneración alguna, puede sentirse casi como un intento de atraco a nuestra reserva de tiempo, cuyo invaluable contenido solemos pensar que debe gastarse obligadamente en la obtención utilitaria de un beneficio pecuniario o similar, esto quizás como secuela del aforismo utilitario a ultranza, implícito desde el siglo XVIII en la idea frankliniana: “Time is money”.
Pues bien, a fuer de ser honesto, debo decir que el uso del término “atención” en dicho preludio no deviene a ser gratuito, ni a prologar petición ninguna, sino antes al contrario, lleva toda la intención de subrayar la importancia de: la atención, como ese maravillosos fenómeno intelectual mediante el que los seres humanos atendemos, conocemos y aprendemos, para así luego poder tomar decisiones en mayor o menor medida acertadas sobre tal o cual asunto, según haya sido la calidad de atención que hayamos invertido en el proceso.
Así pues, podemos decir que comprender la importancia que tiene hoy en día entrenar y perfeccionar nuestra capacidad de atención, se puede traducir en lo personal en una gran ventaja competitiva, no solo para nuestra vida profesional, sino también en el plano social y/o personal, toda vez que en mi experiencia; paradójicamente a medida que en el mundo aumentan las fuentes y la cantidad de formas de comunicación, decrece la efectividad y eficiencia de la atención con las que una gran mayoría de personas mira, lee o escucha, lo que resulta en una baja calidad de la comprensión para muchos, podría decirse rayana con el llamado déficit de atención.
Atender con atención a temas que amplíen nuestros conocimientos, nos permitirá además mejorar nuestra capacidad de expresar lo que sentimos, pensamos o deseamos y eso también nos mejora la vida.
Para lo cual a veces sólo se requiere pedir: “Su atención por favor”.