Como originaria de Actopan recuerdo la feria de aniversario de su fundación con mucho cariño y, aunque ya no viva ahí, procuro cada año acudir puesto que representa una oportunidad de convivir con mi cultura.
Tristemente, y desde hace algunos años, los eventos turísticos del estado sirven de pretexto para que los ayuntamientos locales incurran en formas de maltrato animal. Desde las denuncias de envenenamientos de perros en los pueblos mágicos, que ha documentado la organización Red Pro Animal, hasta la venta de animales en las ferias, como sucedió en la de Pachuca y también en la reciente festividad de Actopan.
Al reencontrarme con las personas de la localidad me comentaron que varios de los perros callejeros que suelen encontrarse en la zona centro fueron removidos de manera sospechosa y sin explicación previo al comienzo de la feria, lo que no asegura la situación de resguardo ni atención de los canes.
Lo anterior es lamentable, ya que se trata de perros que son acogidos por la comunidad y que, incluso, comunicaban el cuidado organizado que la gente local brinda.
Aunado a eso, en la zona centro, se encontraban comercios con venta de animales y con caballos expuestos para fotografiarse con ellos, sin las libertades necesarias para garantizar su bienestar.
Como actopense, considero lamentable la actuación de las instancias correspondientes en el desacato a las medidas para cumplir con la Ley de Protección y Trato Digno a los Animales del Estado de Hidalgo, cuyo artículo 23 prohíbe el obsequio, distribución o venta de animales en ferias, premios en sorteos, juegos, concursos, rifas, loterías o cualquier otra actividad análoga.
Agrego que en pleno 2024 en un estado que busca promover la actividad turística, no basta con la promoción de lugares y actividades, sino que es necesario impulsar enfoques de turismo sustentable. Ello implica el cuidado del bienestar social y, por supuesto, cumplir las leyes y el emparejamiento de la agenda 2030.