Sí, con el cierre parcial de las oficinas del gobierno de Estados Unidos, la situación se está complicando. El empleo se está deteriorando y cientos de miles de trabajadores no están recibiendo ingresos porque no participan en actividades esenciales. Además, las agencias gubernamentales encargadas de publicar información estadística y económica no han podido proporcionar datos importantes para entender el estado real de la economía estadunidense y, lo más crítico, para tomar decisiones informadas.
Por ejemplo, todavía no sabemos cuál fue el resultado en materia de empleo durante septiembre, y se esperaba que esta semana se anunciara la inflación, pero parece que tampoco sucederá.
Con la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos programada para el próximo día 29 de octubre, surge la pregunta: ¿se atreverá el banco central estadunidense a bajar las tasas de interés sin contar con esta información crucial? No está claro...
Como si todo esto fuera poco, el viernes pasado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con aumentar los aranceles sobre productos chinos en ciento por ciento, lo que provocó una caída en el mercado; sin embargo, ya estaba casi recuperándose un día después.
La realidad es que la combinación de tasas de interés en descenso, una administración polémica con decisiones impredecibles y el cierre temporal del gobierno por falta de acuerdos entre republicanos y demócratas para aprobar el proyecto de ley de gastos de la actual administración, está llevando al dólar a depreciarse.
La moneda estadunidense, que solía ser un refugio seguro y símbolo de estabilidad, hoy enfrenta serias amenazas y ha perdido parte de su estatus hegemónico. Los verdaderos ganadores en esta situación son el oro, las criptomonedas y otras divisas como el euro, la libra y el peso mexicano.
Entonces, ¿ha perdido el dólar su posición dominante? No completamente, pero sí en parte. Si continúan las decisiones controvertidas y desacertadas por parte del gobierno de Donald Trump, la debilidad de la moneda sí puede extenderse. Al final, sobre todo frente a monedas emergentes, el dólar puede recuperar gran parte de su valor perdido; sin embargo, es incierto saber cuándo.