Estilo

Gerardo de la Torre, el Vengador

Murió mi amigo Gerardo de la Torre el pasado 8 de enero en la CDMX. Nacido en Oaxaca, toda su vida la dedicó a escribir y a hacer suyas las demandas de la lucha obrera. Había luchado, como el experimentado conocedor del Béisbol, contra las trampas que la vida misma le marcó desde su juventud: enviudó joven, brincó los obstáculos de las editoriales comerciales e hizo crecer su prestigio de narrador como si estuviera, estratégicamente, contando las fichas del dominó.

La última vez que hablé con él fue en 2011, en un homenaje que se hizo a su trayectoria de guionista, periodista, profesor de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes. Luego mantuvimos una comunicación virtual perdurable.

En aquella ocasión escribí una especie de semblanza donde dije que Gerardo de la Torre fue mi primer crítico cuando comencé a publicar cuentos situacionales en la Revista “Los múltiples caminos”, el antecedente de “Dosfilos”.

Al inicio de los dorados setentas, estuve un tiempo corto participando del aprendizaje de escenografías en un grupo conformado por Luis de Tavira. Se trataba de una beca que incluía hospedaje en un hotel de la calle Naranjo, en San Cosme.

No recuerdo ahora dónde vivía Gerardo pero me las arreglaba para visitarlo. Nunca lo vi molesto: su carácter era el de una persona ocurrente, divertido, de un grato sentido del humor. Era poseedor de una variada gama de LPs importados que cualquiera envidiaría. En su casa escuché el recién editado de Ringo Star “Photograph”.

El día que Gonzalo Martré abandonó el proyecto de “Fantomas” lo retomó Gerardo: era divertido convivir con él a la hora de escribir esos diálogos. Pocos saben que también trabajó redactando los guiones de “La telaraña” que transmitía Televisa.

De la Torre fue autor de varias novelas imprescindibles acerca del movimiento obrero: “Muertes de Aurora” y “La línea dura”, luego escribiría su “Nieve sobre Oaxaca”, una historia de corte policiaco.

Él estaba satisfecho de que la Díaz Canedo (director editorial de Joaquín Mortiz) le hubiera publicado “El Vengador”, un libro de cuentos que tuvo más de una reedición.

Pero el tiempo covid no tiene una sola cara o un solo comportamiento. La enfermedad mundial lo hizo sucumbir. Era un hombre lleno de sensibilidad, cercano a los que menos tienen.

Nos dejas removiendo las fichas del dominó, esperándote.

Juan Gerardo Sampedro

@coleoptero55


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Juan Gerardo Sampedro
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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