El próximo domingo habrá elecciones para elegir al nuevo gobernador de Tamaulipas. Es fundamental continuar fortaleciendo la política de seguridad en el estado. Sin embargo, es importante que al mismo tiempo el nuevo gobierno haga un cambio profundo en el modelo de desarrollo estatal.
Ante el contexto global adverso que se vive, la próxima administración necesita tomar decisiones radicales. Medidas que resuelvan a fondo los problemas de nuestro estado. El que no arriesga, no gana. Para ganar hay que romper con la inercia y pensar distinto a los demás. Solo así se pueden hacer políticas públicas realmente efectivas.
Otra manera de replantear el modelo de desarrollo es mediante el impulso al sistema educativo superior estatal. Específicamente, proporcionar los recursos económicos y financieros necesarios para que estas instituciones sean capaces de generar conocimiento, realizar investigaciones, servir a la comunidad, contribuir a resolver los problemas regionales y nacionales, servir al propósito público, formar profesionales y científicos en diversas áreas del conocimiento, impulsar programas educativos de calidad, y desarrollar innovaciones tecnológicas.
Las anteriores actividades requieren de suficiente presupuesto. Una forma innovadora de proveer recursos a estas instituciones es a través de la instrumentación de un sistema de dinero complementario. La historia nos ha enseñado que este tipo de dinero sirvió a los gobiernos municipales para pagar los sueldos de sus trabajadores. Asimismo, las personas han empleado el dinero emitido por el gobierno municipal para pagar los impuestos locales, multas, y determinados servicios públicos.
El dinero complementario sería una estructura financiera integrada al peso mexicano. Es decir, no representa un sustituto del dinero emitido por el gobierno central. La gente seguirá usando el peso como principal instrumento monetario de toda la economía. El dinero complementario es una excelente vía para ayudar a dinamizar las diferentes regiones de la economía tamaulipeca ya que elimina parcialmente el problema de la falta de liquidez en la gente. En este caso, las instituciones de educación pública del gobierno tamaulipeco constituirían los agentes emisores principales de este circuito financiero alterno.
De acuerdo con el economista Hyman Minsky, cualquier persona puede crear dinero. El problema radica en que dicho dinero sea aceptado. En este sentido, el pago de las obligaciones locales con el dinero emitido por las instituciones de educación pública del estado generaría la demanda y aceptación de este dinero.
En otras palabras, proponemos que el nuevo gobierno de Tamaulipas utilice este mecanismo bajo la propuesta desarrollada por los colegas investigadores del colectivo editorial Money on the Left, Scott Ferguson, William Saas, Maxximilian Seijo, y Benjamin Wilson. Los investigadores establecen que con este dinero o “Unis” (como ellos le llaman), Tamaulipas tendrá la capacidad de fortalecer considerablemente su sistema educativo y a la vez impulsar la economía estatal.