Como un azote, llegó el huracán “Otis” a nuestro apreciable puerto de Acapulco, cuando aún no cabíamos en el azoro de las guerras de Ucrania y en el oriente lejano, de Palestina e Israel.
Ambos eventos son devastadores, pero el nuestro de Acapulco, devastó una importantísima ciudad del Pacífico mexicano.
De inmediato el gobierno mexicano se dedicó a la reconstrucción de Acapulco, y también, de inmediato, los que tienen cuentas pendientes con el gobierno actual, comenzaron una labor de desprestigio, incluso señalando que muchos años se llevaría la construcción de las ciudades afectadas del Pacífico mexicano.
Se trata de un fenómeno producido por el calentamiento global.
Pero en los más altos poderes sociales y de la política.
El Papa Francisco señala con preocupación:
“También suele decirse que los esfuerzos por mitigar el cambio climático, reduciendo el uso de combustibles fósiles y desarrollando formas de energía más limpias, provocará una reducción de fuentes de trabajo.
Lo que ocurre es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas condiciones del cambio climático; tanto el aumento del nivel del mar como las sequias y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva.
Por otra parte, la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores.
Esto requiere que los políticos y los empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello” (Núm. 10).
Por otra parte, hace como nueve años, en Ucrania se generó una guerra feroz, de ucranianos contra ucranianos, peo hace escaso tiempo, que en ese país se prohibió la lengua rusa, la cultura rusa y entonces salta Rusia alegando derechos culturales.
El asunto está muy enredado ahí, pero Estados Unidos arma a Ucrania y quiere recorrer fronteras a favor de los intereses norteamericanos.
Y otra vez, Estados Unidos intenta medidas que castiguen al gobierno ruso, que disque para que de alguna manera el pueblo ruso se revele contra su gobierno.
Pero a quien se castiga es al pueblo ucraniano.
Huracanes y guerras, son azotes de la humanidad. Sus efectos se hacen sentir en la economía, en los mercados, en las desorientaciones de los pueblos que con tanta manipulación, no saben a qué lado favorecer.
La mera verdad es que faltando paz, muchas mentes se enredan y los pueblos están a la deriva por tantos dirigentes políticos mediocres.