Por su ubicación geográfica y clima templado, el estado de Puebla se coloca como un punto de destino para la nueva migración que se está presentando por los efectos del cambio climático y daños a zonas costeras como las de Guerrero, estado afectado por el paso del huracán Otis.
En la actualidad, las principales causas que originan la migración encuentran elementos como reunirse con la familia y buscar trabajo; sin embargo, los efectos desastres naturales se presentan en momentos coyunturales.
A la par, los efectos del cambio climático que generan huracanes con consecuencias devastadoras se colocarán entre las razones para salir a buscar un nuevo lugar de residencia, ya sea en el propio estado o en alguna otra parte del país y Puebla, es una opción.
El Banco Mundial alertó, de forma reciente que, el cambio climático podría provocar el desplazamiento de millones de personas dentro de sus respectivos países para el año 2050, es decir, en unos 27 años y advierten que se presentarán zonas críticas de migración interna.
De acuerdo con Benjamín Martínez López, investigador titular en el Departamento de Ciencias Atmosféricas en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la Universidad Nacional Autónoma de México, el pronóstico para Otis el pasado 22 de octubre era que se trataba de una tormenta tropical y, todavía el martes por la mañana se mantenía la misma predicción, pero 12 horas después, cuando tocó tierra en el puerto de Acapulco, se había convertido en un huracán de categoría 5, dejando a su paso más de 40 víctimas mortales y miles de damnificados en la zona.
Respecto a lo qué pueden esperar los habitantes de la costa de Guerrero en los próximos años, el especialista en meteorología de la máxima casa de estudios del estado explicó que aún es pronto para saber si lo que sucedió se repetirá, pero tampoco lo descarta.
Lo cierto es que, añade el investigador, la temperatura del mar aumentará aún más y, al menos, en los próximos años se presentará una tendencia al incremento, por lo que, se presentarán más olas de calor en los océanos y se generará más energía.
Ante el panorama, una gran cantidad de personas analizará si continuará viviendo en las costas del país o comenzará a buscar otras ciudades y la zona metropolitana es una opción como sucedió después del sismo de septiembre de 1985.