Continuamente me abordan emprendedores y empresarios con la pregunta típica: “¿qué negocio será conveniente poner”?, en todas la ocasiones que me lo preguntan, respondo con otra pregunta, “¿con cuál actividad crees que podrás satisfacer una necesidad o resolver un problema?”.
Y es que todo plan de negocios debe iniciar invariablemente con el sentido de resolver un problema, satisfacer una necesidad, ahorrar tiempo o aligerar la carga a alguien.
Partiendo de este principio, tenemos un gran porcentaje de probabilidad de tener éxito, pues los negocios además de tener como fin, “ganar dinero” es igual o más importante el SATISFACER NECESIDADES, y lo pongo en mayúsculas y en negritas con el propósito de resaltar la importancia de este fin importante fin.
Teorías y definiciones de Servicio al Cliente hay muchas, diversos estudiosos y “expertos” buscan la fórmula secreta que permita que las empresas basen su éxito con las mejoras prácticas de servicio al cliente, sin embargo es importante mencionar que la única diferencia entre una empresa y otra respecto al éxito es la total satisfacción de las necesidades de nuestros clientes, incluso el excederlas debería de ser una máxima a practicar desde el colaborador más bajo en la “cadena alimenticia”, es decir desde la señora que barre hasta el CEO o el presidente de la organización.
No hay un secreto o trucos y mucho menos “atajos”, el servicio es: satisfacer con calidad y exceder las necesidades de los clientes en todo momento, y esto lograrse con, sin o a pesar de las circunstancias.
Haré énfasis en una palabra Calidad, y este término todos lo usan, pero es como “Santa Claus” todo mundo habla de él, pero nadie lo ha visto, y es que este concepto es tan general que pretendemos aplicarlo a todo, y tomare como referencia este concepto: “Representa una herramienta estratégica que permite ofrecer un valor añadido a los clientes con respecto a la oferta que realicen los competidores y lograr la percepción de diferencias en la oferta global de la empresa” (Blanco, 2001, citado en Pérez, 2007, p.8).
Añadiría que la calidad tiene una característica vital y que debe de presentarse SIEMPRE, es decir a pesar de cualquier circunstancia.
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