El prolífico periodista y escritor colombiano. ARCHIVO
El libro “Crónica de una muerte anunciada” del escritor colombiano ganador del Premio Nobel en 1982, Gabriel García Márquez y publicada en 1981, llevó a que naciera una frase mundialmente utilizada “esto no es más que una crónica de una muerte anunciada” se le antepone palabras como: “estamos ante la”, “lo que vimos fue”, “dijimos que sería”, para referirse a un hecho que sabemos va a ocurrir y ocurre, pero que nadie lo impide.Es lo que acontece en la obra del premio Nobel. Casi todos los habitantes de un pueblo caribeño saben que a Santiago Nasar lo van a matar los gemelos Pedro y Pablo Vicario, porque su hermana, Ángela, ha sido devuelta la misma noche de la boda por el marido, Bayardo San Román, ya que no era virgen. Ella confiesa que el causante de la deshonra fue Santiago.
El autor subraya: “Nunca hubo una muerte tan anunciada.” Los hermanos Vicario lo dijeron en todos los lugares donde se paraban: 'Vamos a matar a Santiago Nasar'. Tenían tan bien fundada su reputación de gente buena, que nadie les hizo caso.”
Asimismo en las dos primeras líneas del libro ya sabemos qué pasará: “El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana.”
Y en la segunda página nos enteramos cómo lo mataron: “Las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6:05 hasta que fue destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban de buen humor.”
El autor, después de darnos esta revelación, realiza una crónica maravillosa en la que desmenuza los sucesos y profundiza en la personalidad de cada uno de los participantes. Diríamos que de casi todo el pueblo: el alcalde, el párroco, las prostitutas, la vendedora de leche, los carniceros, los árabes, de él (ya que estuvo en la boda), su familia, porque eran parientes de la agraviada, etcétera. Hasta que el lector se entera a detalle de lo que aconteció ese día que derivó en la muerte de Santiago Nasar.
El género de la obra ya lo dice el autor, Crónica, y su definición es: “Recopilación de datos narrados en orden cronológico por testigos presenciales. Viene del latín chronica, que deriva del griego cronos.
Pero debemos señalar que el texto es una Crónica Literaria. Sí, llena de entrevistas con detalles valiosos, de aflicciones de los que pudieron hacer algo y no hicieron nada o de la consulta minuciosa de archivos borrosos que el cronista halló, porque la compilación se hizo después de 27 años de lo sucedido. Todo magistralmente narrado. No obstante lo anterior estamos ante una crónica novelada; y si decimos novela, es ficción: “Obra en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte.” Y más en este asunto en el que varios de los integrantes todavía vivían cuando se publicó el libro, tal es el caso de Miguel Reyes Palencia, el Bayardo San Román, que escribió un libro desmintiendo los hechos.
La crónica puede ser histórica e igual si no se tiene toda la información por tratarse del pasado y nos hallamos ante un cronista imaginativo, los eventos será contados a su manera.
Tenemos también la crónica periodística y científica que van a privilegiar una narración con veracidad. En los dos casos es en el lugar de los hechos (in situ).
Hugo G. Freire