Política

Aprender a desaprender

  • Afinidades Selectivas
  • Aprender a desaprender
  • Héctor Zamarrón

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Nuestras certezas nos permiten organizar y dominar el mundo a nuestro alrededor, nos dan seguridad y confianza para poder caminar en la vida diaria, por eso resulta tan difícil revisarlas, cuestionarlas y hasta subvertirlas, pero es más que necesario, fundamental.

Si así pasa en lo personal, como sociedad es aún más difícil hacerlo, pero tenemos que comenzar.

El viernes se cumplen 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, la gran urbe que fue derrotada por la alianza de los tlaxcaltecas con las tropas de Cortés. Ese 13 de agosto, el día 1-coatl del año 3-calli, la ciudad fue arrasada, sus templos destruidos y sus habitantes sacrificados.

Esa conmemoración es la que se realizará esta semana en la Ciudad de México, en cuyo Zócalo se construye una maqueta monumental para recordar el Huey Teocalli (Templo Mayor), de acuerdo con los últimos descubrimientos arqueológicos.

Se habla de 500 años de resistencia indígena y de un acontecimiento fundacional para la nación mexicana, para el Estado, y ahí es donde entra la necesidad de cuestionar de qué hablamos cuando hablamos de conquista y de estado-nación.

En 1992, en otra gran efeméride, la polémica entre Edmundo O’Gorman y Miguel León Portilla por el quinto centenario del “descubrimiento” cimbró a la historia convencional y detonó otras formas de mirar el “Encuentro de dos mundos” o la “Invención de América”.

El concepto del descubrimiento, que durante el siglo veinte reinó en la educación que impartía el Estado mexicano, supone la inexistencia de una civilización previa a la llegada de los españoles que, por lo demás, ignoraban o confundían el lugar al que habían arribado.

Como lo dice León Portilla en Encuentro de dos mundos: “El desconocimiento y desdén de no pocos de los europeos respecto de las trayectorias culturales de los pueblos nativos del Nuevo Mundo se vio acompañado de su desinterés por la historia de las colonias que allí se implantaron y de las naciones que más tarde alcanzaron la independencia”.

Ahí desaprendimos “la conquista de América” tal y como se la habían contado a nuestros antepasados, ahora toca desaprender el mismo concepto de Estado mexicano y revisar el nacionalismo que se pretende impulsar detrás de estas conmemoraciones.

Desde hace varios años, una serie de pensadores indígenas ha cuestionado ese nacionalismo y nos ha enseñado a pensar en términos de multiculturalidad.

No existe un solo México, dice la ensayista mixe Yásnaya Elena, sino que en nombre del Estado se han ejercido “una serie de violencias sistemáticas que han atentado contra la vida, las identidades, las lenguas y los territorios de muchísimas naciones que no son Estado”.

En el caso del Estado mexicano, continúa, la nación proyectada es mestiza y hablante de español, y todo el territorio y sus bienes naturales son de su propiedad.

Desde 1994, en Chiapas, los pueblos indígenas, diversas naciones en sí mismos, nos han llamado a revisar la historia. Esta es una buena ocasión para hacerlo.

hector.zamarron@milenio.com

@hzamarron


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.