Ayer se presentó el Índice de Competitividad Estatal del Instituto Mexicano para la Competitividad. Jalisco se mantuvo en el quinto lugar nacional y es una de las cuatro entidades federativas consideradas de nivel de competitividad alto (sólo la Ciudad de México es considerada de muy alta competitividad). El índice de competitividad se integra por 10 subíndices o componentes. Jalisco es líder nacional en el componente “innovación de los sectores económicos”; es la segunda economía estatal más estable del país y también ocupa la segunda posición en “sectores precursores de clase mundial”. Jalisco ocupa la quinta posición en el subíndice de “manejo sostenible del medio ambiente”.
Es decir, tenemos un sector económico pujante, somos una economía que genera riqueza; el desafío es la distribución de esa riqueza y traducirla en mayores capacidades y bienestar de la población. El subíndice que constituye la mayor área de oportunidad es “la sociedad incluyente, preparada y sana”: el personal médico y de enfermería en contacto con los pacientes por cada mil habitantes es de 2.6 (el lugar 26 del país); se tiene una cobertura educativa de 93% (lugar 20 del país); la brecha salarial entre hombres y mujeres es de 17.9% (lugar 22).
Se ha tenido mejora en dos indicadores que antes eran un gran pasivo: gobiernos eficientes y eficaces (anteriormente llegamos a ser el lugar 18; hoy se ocupa el lugar 8) y el componente de “sistema de derecho confiable y objetivo” (se llegó a ser el lugar 24 , y del 2020 al 2021 se pasó del lugar 19, al 13).
Es notable la mejora en el componente de sistema de derecho, que incluye las variables de seguridad. Aquí se registra la reducción de varios indicadores delictivos que, aunque lejanos todavía de estándares deseables, se alejan de los estados con mayor violencia. La mejora se debe principalmente al reducido número de los secuestros (0.2 por cada 100 mil habitantes) y que bajó la proporción de delitos no denunciados (la octava cifra negra más baja del país). En incidencia delictiva en general, apenas se está en la media nacional.
La mejora hubiera sido mayor en este componente si se hubiera considerado el sector judicial, ya que en este ejercicio se omitieron los tres indicadores que el IMCO solía tomar del estudio Doing Business, pues el Banco Mundial ha dejado de realizarlo. Actualmente diversas universidades y Think Tanks buscan desarrollar sistemas de indicadores que evalúen los sistemas de justicia locales, así como indicadores de justicia cotidiana. Jalisco viene realizando grandes esfuerzos en el desarrollo tecnológico, reingeniería de procesos, digitalización y el desarrollo de la justicia alternativa (una de cada cuatro mediaciones que se hace en México se hace en Jalisco, así como el 30% de los acuerdos reparatorios en materia penal del país).
Debemos impulsar una agenda de transformación institucional y de políticas públicas, para aplicar las buenas prácticas de las sociedades con sistemas de justicia y de desarrollo del capital humano más efectivas. Así seremos más competitivos pero, sobre todo, una sociedad más justa y con mayor calidad de vida.
Guillermo Raúl Zepeda Lecuona
El Colegio de Jalisco