
La probabilidad de que el calentamiento global supere los 1.5 grados centígrados en los próximos cinco años es de 50 por ciento, así lo advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta cifra enciende los focos rojos ante una endeble cultura ecológica a escala mundial, que se traduce en consecuencias graves como la desertificación o la inseguridad alimentaria.
A la par, el mismo organismo destaca que hay un 93 por ciento de probabilidades de que, entre 2022 y 2026, se presenten temperaturas más cálidas que las registradas a la fecha; lo que generaría, entre otras cosas, un aumento del 50 por ciento en los incendios extremos para fines del siglo XXI.
Estos graves efectos, dejan en claro la necesidad de desarrollar una conciencia ambiental, analizar de fondo las amenazas que enfrenta el planeta, y buscar soluciones que contribuyan al mantenimiento de un medio ambiente más saludable y sostenible.
Ante esta realidad, el Día Internacional de la Madre Tierra, establecido por la ONU el 22 de abril de 2009, es un recordatorio sobre la importancia de la restauración de los ecosistemas en el combate al cambio climático.
Un llamado urgente a accionar para la supervivencia del planeta y proteger los recursos naturales con una visión y responsabilidad compartida de gobiernos, industria y sociedad en general, para asegurar el desarrollo de las economías y las comunidades.
En este contexto, el agua juega un papel fundamental en la preservación del planeta. Gracias a ella, hay vida y actividades productivas que potencializan el desarrollo económico de las naciones en el mundo.
De ahí, que diversas organizaciones tengamos en el ADN de nuestras prioridades la preservación de la Tierra y del agua a través de la capacitación en temas de innovación, infraestructura y sostenibilidad, orientadas a cuidar del ambiente desde cada ángulo de su operación para brindar un mundo mejor.
Hoy, la gestión responsable de los recursos naturales adquiere para diversas industrias una relevancia fundamental en sus estrategias de crecimiento. Es ahí donde la sociedad revisa, evalúa y considera a aquellas compañías con prácticas y procesos sustentables que enfatizan su responsabilidad social corporativa, para tenerlas como referentes de mejora continua.
Tal es el caso de Heineken México, donde el compromiso con la sustentabilidad y para el cuidado al medio ambiente está presente en los objetivos ambiciosos que se han fijado en el uso eficiente de los recursos naturales que involucran a toda la cadena productiva, partiendo de tres líneas de acción para lograrlo: eficiencia, circularidad
y balanceo.
Al ser una industria donde la principal materia prima es el agua, el objetivo es hacer eficiente su uso a través de inversiones en equipo de última tecnología y concientización, como acciones continuas.
En términos de circularidad, los residuos de producción se concentran para evaluarlos, revalorizarlos y destinarlos a reúso y/o reciclaje. Para ello, se cuenta con plantas de tratamiento de aguas residuales, donde parte de este líquido se comparte con otras industrias, para otorgarle un nuevo uso industrial.
En cuanto a balanceo, se asigna inversión a proyectos científicos de restauración y conservación de suelos como la reforestación, dada la claridad que se tiene sobre el papel fundamental que los árboles desempeñan en la absorción, concentración y preservación del agua en el suelo al evitar su evaporación. En este mismo sentido, se suma a la agricultura de conservación que a través de la tecnificación y cuidado del campo contribuye en preservar y regresar al ecosistema la cantidad de líquido que va dentro de las cervezas producidas.
De hecho, con este último proceso, se ha logrado devolver tres millones de metros cúbicos de agua en los proyectos del Río San Juan, Lerma Chapala y del Río Colorado, al norte del país.
En conjunto, las acciones descritas permiten que en Heineken México se logre estar por debajo del uso estándar mundial de agua (3.5 a 4 litros), al requerir solo 2.44 litros de agua por litro de cerveza producido; que establece un hito mundial en la cervecería de Meoqui, Chihuahua, donde el consumo ya ha logrado reducirse a 1.8 litros de agua por litro de cerveza.
Fechas como el Día Internacional de la Madre Tierra, nos recuerdan la importancia de reducir, restaurar y reusar, como algunas de las varias actividades clave para asegurar un futuro sostenible, hecho que sólo será posible con la participación colaborativa de gobiernos, industria y comunidad, en un entorno de acciones y regulación integrales que lo estimulen para crear mejores condiciones de vida.
Desde nuestro compromiso, lo asumimos con convicción permanente de las ventajas de hacer que la sustentabilidad y sostenibilidad sean el motor de nuestro desarrollo reduciendo el impacto al ambiente, aprovechando las innovaciones tecnológicas y comunicando nuestros avances en lo que corresponda.