
El agua es un recurso vital para el planeta, y su preservación requiere acción y responsabilidad. Como señala la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), todos tenemos un papel en su gestión y uso sostenible para garantizar su disponibilidad tanto para las generaciones futuras como las actuales.
El Día Mundial del Agua, celebrado el 22 de marzo, nos recuerda la necesidad de garantizar la disponibilidad y calidad de este recurso para todos. Este año el tema central es la conservación de los glaciares, ecosistemas fundamentales para la regulación del agua en el planeta. Aunque su relación con la industria no siempre es evidente, su preservación es clave para mantener la estabilidad de los flujos hídricos. La reducción de los glaciares altera los ciclos del agua, provocando crecidas, sequías, deslizamientos de tierra y daños a los ecosistemas, con efectos directos en el suministro de agua para comunidades y sectores productivos.
Los datos son contundentes, la Organización de las Naciones Unidas estima que actualmente 2 mil millones de personas siguen sin acceso a agua potable segura, destacando la urgencia del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, enfocado en la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
La preservación del agua requiere un enfoque integral y la colaboración de todos los sectores. Para la industria, el reto es claro: optimizar el uso del agua mediante eficiencia operativa e innovación en procesos sostenibles. No obstante, no basta con reducir el consumo dentro de las operaciones; es esencial implementar acciones que promuevan la conservación de los ecosistemas, así como fortalecer la gobernanza del agua para garantizar su disponibilidad a largo plazo.
La innovación tecnológica ha demostrado ser clave en la reducción del consumo hídrico. En la industria cervecera algunas plantas han implementado sistemas para recuperar el agua tratada y reutilizarla en otros servicios dentro de las instalaciones. Un referente en este ámbito es la planta de Heineken México en Meoqui, Chihuahua, que ha alcanzado un estándar mundial al utilizar tan solo 1.71 litros de agua por litro de producto, cuando en promedio se ocupan entre 3 a 4 litros de agua por litro de cerveza producida, según datos de la Cámara de Cerveceros de México.
Sin embargo, la eficiencia operativa debe complementarse con la reposición del agua utilizada en los procesos productivos. Para lograrlo, es fundamental impulsar soluciones basadas en la naturaleza como la conservación de suelos, la restauración ecológica y la agricultura de conservación, sobre todo en zonas de estrés hídrico. Adoptar un enfoque de cuenca saludable permite mejorar la disponibilidad del agua para la industria y las comunidades, así como asegurar su uso sostenible a lo largo del tiempo.
En Heineken México hemos establecido alianzas importantes tanto con organizaciones no gubernamentales (ONG) como con otras empresas privadas, así como con el gobierno, ejemplo de ello es la colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) donde se implementan prácticas de investigación para la agricultura de conservación en la cebada, uno de los principales insumos para la elaboración de cerveza. También formamos parte del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, ya que estamos convencidos de la importancia de una colaboración mutua, pues el agua nos importa a todos.
Preservar el agua es proteger nuestro futuro. La combinación de eficiencia hídrica, innovación tecnológica y soluciones basadas en la naturaleza es el camino hacia un modelo de desarrollo sostenible y resiliente, asegurando el bienestar de las próximas generaciones.