Cultura

Incluir a los abuelos

  • Semillas de conciencia
  • Incluir a  los abuelos
  • Gabriel Rubio Badillo

Las agendas familiares con frecuencia suelen ir olvidando a los adultos mayores; bajo el argumento de su edad o limitaciones de movilidad, los vamos relegando cada vez a pasar más tiempo solos, y las visitas son de minutos y con la mirada en el teléfono.

Esta es una generación de nietos desapegados, que aprendieron de sus padres a ser indiferentes con los viejos. En tiempos pasados, cada reunión familiar ocurría en torno a los patriarcas: ellos eran el centro de atención, de los regalos, les obsequiábamos canciones y les llevábamos la comida que más les gustaba.

Salíamos con ellos al parque y se hacían las peripecias necesarias para hacerlos parte esencial del paseo. Era lo menos que podíamos hacer después de habernos dedicado toda una vida de cuidados y atenciones.

Primero se hicieron cargo de sus hijos, luego de sus nietos. Hoy, se nos hace tan fácil dejarlos al final, cumplir por cumplir con una visita. No queremos batallar ni invertir tiempo en sus cuidados ni caminar a su paso. ¿Ellos van ahora muy lento o nosotros vamos muy rápido? Tan de prisa que nos estamos perdiendo la vida quizá...

¿Cómo celebramos sus cumpleaños? Ellos en su cuarto, en solitario, y el resto de la familia en el jolgorio, como un pretexto más para terminar en borrachera, y si bien les va, un beso de despedida en la frente al acabar la fiesta. ¿Cómo dejamos que se volvieran invisibles?

¿Cómo el egoísmo nos fue consumiendo poco a poco? Las agendas se fueron apretando y se fueron quedando sin espacio para los abuelos, sin tiempo para escucharlos.

Bendecida sea la oportunidad si aún los tienes, y puedas reconsiderar cómo reestructurar tu lista de tareas y pensar que ellos son la prioridad, y no una opción para el tiempo que te sobra. Porque lo irónico es que solemos un día de pronto decirles cuánto los queremos y lo mucho que nos importan, pero cuando ese día llega, ellos ya no pueden oírnos.

No te pierdas sus historias repetidas. Si vas a visitarlos, asegúrate de que sea el momento correcto: cuando aún puedan verte y tocarte. Asegúrate de que si ellos llegasen a faltar, solo sientas su ausencia pero no el peso de una culpa. Diría Rabatté: “en vida, hermano, en vida”. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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