En medio de las reuniones y los paisajes nevados de Davos, es imposible ignorar que México está en el centro de las conversaciones globales desde el mes de Noviembre pasado que ganó el ahora Presidente Donald Trump. Nuestro país no solo comparte protagonismo con Canadá y otras naciones estratégicas comercialmente hablando para los EEUU sino que se encuentra bajo el reflector internacional debido a su relación histórica y económica, migratoria y de seguridad con el vecino del norte. Esto representa una oportunidad única que debemos aprovechar con inteligencia y estrategia. Ya dice el dicho, nunca dejes que una crisis se vaya sin aprovechar.
México en el Escenario Global
Por más de 3 décadas México ha captado el interés de empresas internacionales que ven en nuestro país una ventaja competitiva clara. Las condiciones que ofrecemos—costos laborales, acceso a mercados, infraestructura y acuerdos comerciales como el T-MEC, la demografía y logística —son factores que nos posicionan como un destino atractivo para la inversión. De hecho, muchas empresas están rediseñando sus cadenas de suministro para mitigar riesgos como aranceles impuestos ya a China, y México destaca como una solución viable, brindando un incremento de competitividad de hasta un 40% en algunas industrias frente a otras opciones.
Sin embargo, no basta con ser competitivos; necesitamos comunicarlo mejor. Las grandes oportunidades que México ofrece no siempre son evidentes en el exterior. Es fundamental salir al mundo a promoverlas, con estrategias claras y estructuradas por sector. Desde la industria aeroespacial hasta la biotecnológica, cada sector requiere un enfoque específico, con proyectos concretos que atraigan a las empresas correctas y que nos diferencien de otros destinos.
El Rol de la Promoción Internacional
Eventos globales como Davos son espacios ideales para posicionar a México en el radar de los líderes empresariales y gubernamentales. Sería ideal contar con la presencia de figuras clave del país, promoviendo nuestras ventajas frente a CEOs, emprendedores tecnológicos, líderes globales y funcionarios. A largo plazo, México necesita fortalecer instituciones dedicadas exclusivamente a la promoción de la inversión extranjera y las exportaciones. Esto no solo impulsaría la atracción de capital, sino también el desarrollo de sectores clave para nuestro crecimiento.
Retos y Oportunidades
En el ámbito global, Estados Unidos continúa bajo una narrativa de proteger sus intereses comerciales, lo que representa tanto un reto como una oportunidad para México. Entender esta mentalidad transaccional y responder con alianzas estratégicas será clave. Colaborar con aliados históricos de Estados Unidos como Japón, Alemania, Reino Unido, India e Israel puede reforzar nuestra posición, especialmente cuando muchas de sus empresas ya operan en nuestro territorio.
Por otro lado, la adopción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, las criptomonedas y los pequeños reactores nucleares (SMRs) promete transformar la dinámica económica global. México debe posicionarse como un receptor inteligente de estas innovaciones, adoptándolas estratégicamente para maximizar su impacto en nuestra economía.
La Agenda que México Debe Priorizar
Desde Davos, las conversaciones sobre relocalización de cadenas de suministro, biotecnología, salud y energía han dejado claro que México tiene un potencial enorme en estas áreas. Sin embargo, para aprovecharlo al máximo, necesitamos:
1. Mejorar la regulación: Los trámites burocráticos y la falta de personal en instituciones públicas frenan el flujo de inversiones. Urge desregular y agilizar procesos.
2. Fortalecer estrategias sectoriales: No es lo mismo atraer inversión al sector automotriz que al de dispositivos médicos o comercio electrónico. Cada industria requiere un mapa de ruta detallado y objetivos claros.
3. Comunicar nuestra competitividad: Es esencial que el mundo conozca los casos de éxito de empresas que ya operan en México. Estos ejemplos son nuestras mejores cartas de presentación.
En un mundo donde los intereses nacionales y la seguridad económica dominan las agendas globales, México tiene una gran oportunidad para posicionarse como un jugador clave. Pero no basta con esperar a que lleguen las inversiones: hay que salir, promover y construir alianzas estratégicas que nos permitan capitalizar este momento único.
Desde Davos, la reflexión es clara: el futuro de México depende de nuestra capacidad de adaptarnos, innovar y mostrarnos al mundo como un país confiable, competitivo y lleno de oportunidades.
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