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El mal tercio

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  • Enrique Acevedo

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El canciller mexicano Marcelo Ebrard y el secretario del Departamento de Estado estadunidense, Mike Pompeo, sostendrán una reunión esta tarde en Washington D.C. para hablar principalmente sobre inmigración, el gran irritante de la agenda bilateral en la era Donald Trump.

El jefe de la diplomacia mexicana anunció ayer que durante el encuentro con Pompeo buscará sumar recursos estadunidenses a su Plan de Desarrollo Integral en Centroamérica, una estrategia de inversión enfocada en el desarrollo económico de los países del Triángulo del Norte y el sur de México, los principales expulsores de migrantes en la región.

Ebrard enfrenta la difícil tarea de asegurar la participación de un gobierno como el de Trump obsesionado con las medidas de seguridad en la frontera y con la ofensiva contra la comunidad indocumentada en Estados Unidos. Una administración profundamente aislacionista, sin apetito para soluciones multilaterales y de largo plazo.

El encuentro llega además en los talones de una nueva serie de tuits presidenciales con los que Donald Trump reavivó sus críticas al gobierno mexicano por no hacer nada, según él, para evitar la llegada de miles de familias migrantes a la frontera. Y a solo horas de un hecho que recibió mucho menos atención que los tuits, pero que resulta cardinal para entender el alcance de la reunión ministerial de esta tarde.

Me refiero al testimonio ante el congreso del ex secretario del Departamento de Estado Rex Tillerson, quien durante su conversación con legisladores demócratas y republicanos expresó su frustración con el yerno del presidente Trump, Jared Kushner, y con su participación en temas de política exterior, entre ellos la relación con México.

La influencia de Kushner, quien sirvió como enlace principal con la Casa Blanca durante la administración Enrique Peña Nieto, parece seguir intacta, al menos así lo sugiere la reunión privada con el presidente Andrés Manuel López Obrador hace algunas semanas.

Ebrard y Pompeo estarán frente a frente hoy para hablar de temas clave en la agenda bilateral, pero poco saldrá de ese encuentro sin el visto bueno de Kushner. Dicho de otra forma, Ebrard dispone, Pompeo propone y Kushner lo descompone.

@Enrique_Acevedo

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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