Cada cambio de gobierno genera expectativas, desde la especulación de los que integrarán el equipo de trabajo de quien encabezará la administración. O bien los que ya se sienten amigos de los nuevos futuros funcionarios y que a lo mejor algo les toca del pastel. Pero hay quien crea la esperanza de que realmente se note algo diferente o mejor de lo que se hizo en el que está por terminar.
En los últimos días se ha virilizado una lista de los que probablemente serán los integrantes del gabinete de Delfina Gómez, cuando asuma el cargo a partir del 16 de septiembre próximo. Misma lista que ha negado la futura gobernadora.
En este espacio hemos comentado algunos de los retos que tendrá Delfina Gómez. Temas muy puntuales que requieren atención inmediata y constante para que se noten resultados, como el de la inseguridad, el desempleo, la salud, educación, el ISSEMYM, por citar algunos.
Tema prioritario y que se vigilará con lupa sin duda el de la corrupción, la exigencia ciudadana es que se combata realmente, no sólo de palabra, sino de derecho.
Pero un asunto que también representa un gran reto, es como organizará la administración pública estatal. Si le hará modificaciones que se palpen, o sólo cambiará al personal y que todo siga igual.
A decir de los expertos, es necesario una reforma administrativa en el aparato público estatal, pues no se ha hecho más que remiendos, pero no una transformación que mejore el servicio gubernamental.
Y al hablar del servicio público, destacan los especialistas, está la necesidad de mejorar en todo. Desde la atención ciudadana, así como la respuesta oportuna y con solución al planteamiento social en lo que es prioridad resolver.
El reto de transformar para mejorar la administración pública mexiquense, no es tarea fácil, es un reto mayúsculo, porque no se trata sólo de decir se hace esto y se cambia por lo otro. Se tiene que evaluar qué es lo que está funcionando y cómo hacer que funcione mejor, así como lo que está obsoleto y que se debe relevar. Y esto último sin duda representará un trabajo mayor, pues como en todo habrá resistencia al cambio.
La más reciente transformación de la administración pública fue hace 40 años, en el gobierno de Alfredo Del Mazo González, padre del actual mandatario.
Desde entonces, solo se han hecho adecuaciones acordes con los caprichos del gobernador en turno, y no un análisis del funcionamiento del aparato gubernamental.
Eso, lo deberá ponderar la futura gobernadora, si realmente quiere hacer una administración eficiente o solo administrar lo mismo que se ha hecho a lo largo de los últimos cuarenta años en el Estado de México,
Cambia el gobierno, pero no la forma de administrar, habrá cambio de partido en el gobierno, pero veremos si lo habrá en la administración gubernamental.
Lo sabemos.