La educación superior y las universidades no siempre han sido lo que conocemos hoy, a principios del siglo XXI. Una carrera y el posgrado en física hace 100 años en Alemania, cuando realizó sus estudios Albert Einstein, era un sistema y programa académico muy distintos los que hoy cursan los estudiantes de esta materia. La educación superior ha tenido que evolucionar y adaptar sus planes de estudio e instalaciones a los requerimientos de un mundo más moderno y en permanente transformación.
El inicio de este siglo no es la excepción. De ahí que en 2013 la Universidad de Nueva York (NYU) organizó una conferencia sobre el futuro de la educación superior en la era digital, en la que profesores y emprendedores se reunieron para discutir cómo serían las universidades del futuro. Durante el debate surgieron ideas muy variadas, pero todas coincidieron en señalar que estamos viviendo un momento de reestructuración radical de la enseñanza superior y que el statu quo ya no es una opción¹.
La globalización y los avances tecnológicos están transformando el mundo y la manera en la que interactuamos. Actualmente, cualquier persona tiene acceso a información y recursos educativos que hace algunos años parecía imposible. A través de un clic se puede aprender virtualmente sobre cualquier tema imaginable y con las redes sociales se pueden formar grupos de interés y trabajar de forma colaborativa en algún proyecto, actividad o negocio desde diferentes continentes. A 50 años del aniversario de la Ley de Gordon Moore, que predice que cada dos años se duplicará el número de procesadores de computadoras, hemos pasado de un mundo de crecimiento lineal a una era de crecimientos exponenciales.
En algunas áreas de estudio como la programación, la velocidad del conocimiento es tal que lo que se aprenda hoy muy probablemente estará anticuado en cinco años. Derivado de todos estos cambios, en los próximos años muchos empleos van a ser desplazados por la tecnología. De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Oxford, 47 por ciento de las categorías ocupacionales corre el riesgo de ser automatizados en los próximos 10 años². El consumo de datos, particularmente video, en aparatos móviles creció 3 mil 700 por ciento de 2009 a 2014 en Estados Unidos, y se prevé que esta cifra se multiplique por 9 entre 2014 y 2019.³
Ante este entorno, las universidades deben replantear su modelo de enseñanza para asegurar que sus métodos y planes de estudio están evolucionando al mismo tiempo que los cambios en la economía del conocimiento. El primer reto es enseñar a pensar críticamente, así como a utilizar la información y la tecnología para generar nuevas ideas. Hoy en día ya no basta con enfocarse en una única disciplina, se requiere una educación multidimensional que combine competencias (duras y suaves) y conocimientos de diversas áreas. Un ejemplo es la Universidad Singularity, en Silicon Valley, que no ofrece grados ni maneja un sistema de créditos, porque se basa en un enfoque multidimensional y el contenido que enseñan cambia muy rápidamente.
Otra de las tendencias que están definiendo el futuro de la educación superior es la creación de entornos de aprendizaje que sean flexibles y que guíen la innovación a través de la cooperación. Algunas universidades están rediseñando sus aulas para crear salones interactivos de colaboración que simulen entornos laborales y sociales en vez del esquema tradicional de un profesor en un pódio y una audiencia.
Asimismo, la educación superior está transitando hacia una educación más personalizada en donde el alumno adquiere un rol más proactivo. El proceso de enseñanza en el que un alumno llega al salón de clases, escucha al profesor y toma nota, es una realidad que cada día será más lejana en las universidades del siglo XXI. Avances como los entornos de aprendizaje en línea y las tecnologías de aprendizaje adaptativo hacen posible diseñar planes de aprendizaje individuales de los estudiantes4.
En este mundo en constante evolución, anticipar los cambios y adaptarse rápidamente a ellos son la clave para el éxito. Las universidades, su administración y sus maestros deben revisar constantemente sus modelos de enseñanza para potenciar el uso de las nuevas tecnologías educativas y el aprendizaje virtual y con ello asegurarse de que sus egresados cuentan con las competencias necesarias para triunfar en la economía del conocimiento.
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Dieter Holtz
Presidente y director general de Laureate México*
*La red de universidades privada más grande del mundo. La UVM y la Unitec forman parte de esta red internacional.
1http://www.stern.nyu.edu/experience-stern/news-events/higher-ed-digital-age
2http://www.economist.com/news/briefing/21594264-previous-technological-innovation-has-always-delivered-more-long-run-employment-not-less 3Cisco, VNI Mobile Forecast Highlights, 2014 – 2019 4NMC Horizon Report, Edición Educación Superior 2015, http://cdn.nmc.org/media/2015-nmc-horizon-report-HE-ES.pdf