El alzamiento del EZLN enmarcó el fin del régimen de partido hegemónico que el PRI había instaurado durante varias décadas en México. Después de 2000, llegó la alternancia a la Presidencia del país, así como también más partidos políticos a los diferentes espacios de poder: PAN, PRD, Verde, Morena, PT… la lista es larga.
Sin embargo, a la par del pluralismo partidista y el aumento de las libertades civiles, es innegable que también aumentó la corrupción y la barbarie. Por ejemplo, hoy hay más libertad de prensa que a finales del siglo pasado, pero también hay más ataques que nunca contra los periodistas.
¿Cómo entender entonces una democracia actual como la mexicana que produce más ejecuciones, desapariciones y actos de tortura que cualquier dictadura latinoamericana de los años setenta?
Después de reflexionar esto, pregunto al subcomandante Galeano cómo ven los zapatistas el México de hoy en día.
“Hay una trampa que es identificar la democracia electoral con democracia. No es lo mismo: la democracia electoral es solo una parte de un proceso democrático de una sociedad democrática, las elecciones son una parte, pero en este caso se concentra todo ahí.
“Nosotros pensamos que hay una crisis a escala mundial, que además ya no tiene remedio, que de los últimos 5 o 6 años, la clase política simula pluralidad, pero si analizamos realmente, los que estaban en un partido pasaron a otro partido, los que estaban en un puesto pasaron a otro puesto, y así se van brincando, son los mismos, nada más que cambiaron de camiseta de futbol, como decimos nosotros en ese ejemplo. No hay ningún gobierno cabal en el territorio de México, entonces, ese vacío —porque los gobernantes se dedicaron a robar— fue llenado por la delincuencia organizada, y ese impone sus propias leyes.
“El ejemplo que yo le ponía antes: le dicen al periodista, “aquí está la foto de tu familia y una pistola y aquí está un fajo de billetes, escoge”. No necesito tocarte siquiera pero va a salir lo que yo quiero que salga. Además, uno como periodista, sabe que te estás jugando la vida en una nota, cuando hace 25 años no pasaba eso, pero es igual con ser mujer o ser niño, ese proceso de descomposición social que nosotros decimos que es irreversible ya, hace que vivir ya sea un reto, cuando antes, la expectativa de la gente en la ciudad era: ¿cómo vivo mejor?”
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“Voy a poner el ejemplo del periodista”, apunta el vocero rebelde: “Consigo una buena entrevista, me doy a conocer, hago libros —suponiendo que es su profesión que no está nada más chingando, sino que sí tiene esa inquietud de ser periodista—, ahora, ¿cómo le hago para que no me maten? Así de ese tamaño.
“Y no es que el gobierno se haga omiso del narco, sino que ya están implicados. Como los últimos escándalos, eso se ve. Entonces, esto provoca en la gente esta angustia de vivir. Ya no importa si voy a vivir mejor o peor, tengo que llegar al otro día y no porque no tenga la papa, porque no tenga para comer, sino porque si estoy ejerciendo una profesión, la que sea, o nací mujer ¿qué voy a hacer? O soy un niño, ¿cómo le hago para llegar al otro día sin que me pase algo? Que esté completo, que no desaparezca, que no me asesinen, que no me golpeen, que no me insulten…
“Todo lo que está pasando, la descomposición y la reacción de la gente, es decir: si alguien me ofrece que lo va a arreglar, órale, entonces, viene una época de profetas de todo tipo, religiosos y no religiosos, que le van a ofrecer a la gente la salvación. Lo que nosotros decimos es que no, que es la misma organización de la gente la que tiene que resolver los problemas, y que los éxitos que ha tenido la sociedad, sobre todo la mexicana, en afrontar adversidades ha sido por iniciativa y autoorganización. Por iniciativa propia como durante los temblores, como en las catástrofes naturales, cuando entre la misma gente del campo y de la ciudad se ponen de acuerdo y se ayudan unos a otros, y el gobierno llega a tomarse la foto.
“No es que hay partidos políticos buenos y malos. Nosotros decimos que los partidos políticos ya no se trata de eso, ya no es posible. Este proceso de descomposición social solo puede ser resuelto en cada lugar, según la demanda de la gente. ¿Quién va a echar al narco que controla una región? ¿El Ejército? No, ni la policía, ni aunque ahora se vaya a armar la policía federal con el cambio que van a hacer [Guardia Nacional], no, porque están implicados. Solo los mismos pobladores de esa zona organizados pueden echarlo. ¿Cómo? No sabemos, nosotros no podemos decir ‘háganle así o allá’, pero todo lo demás va a ser una simulación o administrar la esperanza, como decimos nosotros”.
—Y sucede no solo en México. Basta ver lo que sucede con la “democracia” de EU, en la que llega al poder alguien como Donald Trump, o fenómenos como el brexit…
—O Cataluña…
—¿Qué es lo que sucede?, ¿la democracia está en crisis?
—El sistema está viendo cómo encuentra la salida, porque lo que se le viene también lo va a afectar, y nosotros pensamos que la elección de Trump en la Unión Americana, pero también Putin en Rusia, el brexit y May en Inglaterra, Macri en Argentina, Bolsonaro con toda la impunidad en Brasil, y así cada quien en cada lado, el sistema está buscando una salida: ‘si me abro mucho provoco migración; si me cierro, entonces pierdo las ventajas de la internacionalización del capital’. El sistema no sabe, pues, cómo hacerle.
(CONTINUARÁ…).
Diego Enrique Osorno
deo@detective.org.mx