Política

México y Noruega: navegando juntos hacia la descarbonización marítima

El buque StatsraadLehmkuhl estudia cómo el cambio climático afecta al océano. SHUTTERSTOCK
El buque StatsraadLehmkuhl estudia cómo el cambio climático afecta al océano. SHUTTERSTOCK

En noviembre tuve el honor de recibir en México al StatsraadLehmkuhl, un majestuoso velero con más de cien años de historia. Con una clara similitud con el mexicano Cuauhtémoc, este barco escuela ha sido transformado en un laboratorio flotante para estudiar cómo el cambio climático afecta a nuestro océano. Su actual vuelta al mundo forma parte de la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible impulsada por la ONU. Con más de 20 escalas en tres continentes, su investigación aportará información valiosa sobre el estado de nuestros recursos marinos, los cuales urge conservar y restaurar.

México asume compromisos oceánicos importantes

En México, el velero visitó Ensenada, Baja California, el primer puerto del país certificado como “puerto verde”, antes de continuar hacia La Paz, Baja California Sur, una de las zonas marinas más biodiversas del planeta y un centro creciente de acuicultura sostenible e investigación oceánica.

Ambas escalas sirvieron como ejemplo del compromiso que ha asumido México en la gestión sostenible de sus recursos marinos, reflejado en su nueva Política Nacional para el Manejo Sustentable de Mares y Costas. La ambición de México, también se demuestra a escala internacional, con su participación en el Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible, en el que todos los miembros se han comprometido a gestionar sus áreas marinas de manera sostenible, y con su reciente anuncio en la Conferencia de las Partes (COP 30) en Belén, de unirse a la iniciativa “Desafío NDC Azul”, que busca integrar soluciones oceánicas en los compromisos climáticos, conocidos como contribuciones determinadas a escala nacional (NDC por sus siglas en inglés).

El gran potencial de la transición verde del sector azul

Una de las áreas en donde México puede jugar un papel importante en los años que vienen, es en la transición verde del sector marítimo y portuario. Con una costa extensiva y más de 100 puertos, varios de ellos entre los más grandes en la región, México tiene un alto potencial para reducir las emisiones procedentes del sector y desarrollar infraestructura para un transporte marítimo ecológico. El trabajo ya empezó con la publicación de la Estrategia de Descarbonización de Puertos en 2024, y la elaboración del primer Plan de Acción Nacional para la Descarbonización Marítima, que se espera para 2026.

El reto es global, la solución también

El transporte marítimo representa cerca de 3 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), por lo que reducir su impacto puede marcar una gran diferencia. En un sector verdaderamente global como el marítimo, se necesitan acuerdos internacionales para lograr cambios.

Uno de los instrumentos clave es el Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques (MARPOL), impulsado por la Organización Marítima Internacional (OMI), que establece normas para reducir la contaminación en los océanos. En 2025, se acordó el Marco de Cero Emisiones Netas, que incorpora regulaciones específicas para la descarbonización del sector marítimo. Desafortunadamente, la decisión de entrada en vigor del Marco ha sido aplazada para el próximo año, por falta de la mayoría necesaria de los estados miembros. Este acuerdo es fundamental porque ofrece condiciones estables para que el transporte marítimo global avance en la transición de los combustibles fósiles hacia energías limpias.

Estamos convencidos de que los desafíos globales requieren soluciones globales, y Noruega trabajará junto a México y otros países para garantizar que este acuerdo se haga realidad en el año que viene.

Tecnología y experiencia cero emisiones: de los barcos vikingos a las flotas modernas

La buena noticia es que la tecnología y las soluciones para alcanzar la descarbonización del sector marítimo ya están aquí. Igual que México, Noruega tiene una larga tradición como nación marítima, que se remonta a la época vikinga. Y, al igual que los vikingos, hoy buscamos que nuestra flota moderna sea libre de emisiones. La Asociación de Navieros Noruegos se ha fijado metas ambiciosas: a partir de 2030 solo ordenar buques de cero emisiones y alcanzar la neutralidad climática en 2050.

Las navieras noruegas ya destacan en la construcción y operación de buques eléctricos e híbridos, así como en el uso de combustibles alternativos como hidrógeno, metanol y amoníaco. El día de hoy, más de 40 por ciento de las 131 redes de ferries en Noruega cuentan con buques eléctricos, y vamos hacia el 100 por ciento. Además, las empresas del sector desarrollan soluciones digitales para impulsar la descarbonización y mejorar la eficiencia energética.

La descarbonización del sector marítimo es un desafío global que requiere cooperación internacional e incentivos alineados hacia esta meta. México y Noruega, con sus tradiciones marítimas y compromisos climáticos, tienen la oportunidad de contribuir de manera contundente a esta transformación. Combinando la experiencia tecnológica, potencial y ambiciones de Noruega y México en este asunto, podemos juntos acelerar la transición hacia un sector marítimo más limpio, un comercio global más responsable, y al mismo tiempo, asegurar un océano sostenible para las futuras generaciones.


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  • Embajador de Noruega en México
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