Política

El Conde de la Cortina

Hace poco tiempo, invitado a dar una plática a la Casa de la Cultura Jurídica de Celaya, conocí a Héctor Gómez de la Cortina. Me había llamado la atención su apellido cuando me escribió. ¿Era parte de la misma familia? La duda se aclaró cuando lo conocí y me regaló el libro que escribió, Los Gómez de la Cortina, publicado con apoyo del ayuntamiento de Celaya en 2009, en vísperas del festejo del Bicentenario de la Independencia. Es la historia que quiero contar.

José Justo Gómez de la Cortina es uno de los personajes más atractivos de los años posteriores a la Independencia, una época que conocemos mal en México. "Es un caballero y un sabio, hombre de vastos conocimientos y protector de las bellas artes", escribió por esos años Frances Erskine Inglis, la señora Calderón de la Barca, en su precioso libro La vida en México. "Su conversación es una serie constante de chispazos eléctricos, brillante como un fuego fatuo y desconcertante como un meteoro. Pocas veces he oído yo tanta elocuencia, aun a propósito de cosas baladíes, y escribe con la misma facilidad que habla". La señora Calderón de la Barca frecuentó a su familia durante su estancia en México, donde la veía en su residencia de Tacubaya, hoy conocida como la Casa de la Bola. Hizo amistad con su esposa, la sevillana Paula Rodríguez de Rivas ("sumamente bonita, amable y despierta, es una verdadera andaluza: en belleza y en ingenio") y con su madre, doña María Ana ("conocí a la Condesa viuda de la Cortina y es una mujer muy distinguida, de gran talento natural, una de las auténticas damas de la antigua escuela, de las que no quedan muchas en México"). Desde que leí La vida en México, hace siglos, quería saber más sobre este personaje. Lo pude hacer por fin en el libro Los Gómez de la Cortina.

José Justo Gómez de la Cortina nació en la capital de la Nueva España en 1799, en la antigua calle de Don Juan Manuel (hoy República de Uruguay número 94). Estudió en Madrid en la Academia Militar de Alcalá de Henares, pero optó por la carrera diplomática, que lo llevó por Austria, Inglaterra, Francia y los Países Bajos. Ingresó a la Academia de Historia en España. Mantuvo correspondencia con Humboldt, Chateaubriand y Bénjamin Constant. En 1832 volvió al país que lo vio nacer, llamado ya México. En 1834 fue diputado en el Congreso General; en 1835, gobernador del Distrito Federal; en 1838, ministro de Hacienda; en 1840, presidente del Banco de Avío; en 1844, senador de la República; en 1846, gobernador del departamento de México. A principios de 1848, para suceder a su madre en el título de Conde de la Cortina, renunció a la nacionalidad mexicana y readquirió la española, aunque permaneció en México. Una de sus hermanas era la esposa de José María Gutiérrez de Estrada. Fue fundador y presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Durante las guerras en su país, apoyó con recursos a Santa Anna, que nunca le pagó. "Al fin", leo en el libro Los Gómez de la Cortina, "la fortuna comenzó a desmoronarse y tuvieron que venderse las haciendas, las casas, los libros y las colecciones de arte. El conde y su familia se mudaron a un entresuelo en la calle de Flamencos. Con la pobreza pronto llegaron las enfermedades y la muerte, el 6 de enero de 1860".

La vida hace y la vida deshace. Así fue el fin de uno de los hombres más ilustres de principios del siglo XIX en México. Víctima en cierto modo de la historia de su país, que dejaba de ser la Nueva España para comenzar a ser México.


ctello@milenio.com

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Carlos Tello Díaz
  • Carlos Tello Díaz
  • Narrador, ensayista y cronista. Estudió Filosofía y Letras en el Balliol College de la Universidad de Oxford, y Relaciones Internacionales en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Ha sido investigador y profesor en las universidades de Cambridge (1998), Harvard (2000) y La Sorbona. Obtuvo el Egerton Prize 1979 y la Medalla Alonso de León al Mérito Histórico. Premio Mazatlán de Literatura 2016 por Porfirio Díaz, su vida y su tiempo / Escribe todos los miércoles jueves su columna Carta de viaje
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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