Para quienes residen en el extranjero votar es un símbolo de justicia por las décadas de olvido y de exclusión en la política; para las personas en prisión, votar es una ventana, un acto de libertad; para quienes viven en estado de postración, el acceso al voto es un acto de activación; para las y los jóvenes que votan por primera vez, un momento de adrenalina, un *impasse* a la madurez; para la generación X una rutina democrática y para los adultos mayores un tesoro que antes no tenían. Para ti: ¿qué es votar?
La reflexión tiene relevancia a unos días de la primera vez que en nuestra historia democrática elegiremos a las y los integrantes del Poder Judicial (eso de elegir quien nos juzgará me suena al Apocalipsis). Ante esto, el debate, curiosamente, ha virado entre votar o no votar. Estamos frente a una prueba de lealtad democrática, como decía Pepe Mújica, no se puede estar un poquito sí con la democracia o un poquito no. Se está a pesar de que no se esté de acuerdo en los debates o no se está. Y sin votar no hay democracia.
Para mí, la decisión sobre votar o no me parece que debería estar por sentada, siempre inclinada por asistir a las urnas y expongo cuatro razones: 1. Votar es una obligación constitucional, no hacerlo sería una violación a ese mandato; aunque 40% de las y los mexicanos decide no atender esa norma, al igual que quien decide no pagar impuestos o no obedecer las reglas de movilidad; la falta de lealtad democrática se refleja en el desapego a las reglas. 2. Votar es la oportunidad máxima de ser iguales, de participar, de decidir, de ser incluido; es quizá el único momento en el que la opinión de todos vale lo mismo: un voto. 3. El material: habrá 6 boletas (en Jalisco) impresas esperando tu voto, de no usarse, estas se destruirán, reciclarán y en el mejor de los casos serán papel de libro de texto. 4. Votar para agradecer el trabajo del engranaje electoral en México, desde las y los funcionarios de casilla, CAES y Supervisores, Vocales, Delegados, Consejeros, Consejeras, personal directivo, observadores y cada una de las personas que se han partido la madre para que, a pesar de las condiciones se realicen las elecciones que ordenó la Constitución. Si te falta información, aún hay tiempo. Esta elección reta nuestro espíritu cívico y requiere más tiempo, compromiso, pero, sobre todo, lealtad democrática.