Cultura

Antonio Salazar

Quedó atrapado en la Academia de San Carlos.

Al ingresar a la escuela de arte en el Centro Histórico, en la recepción, ante mi pregunta “dónde está la muestra del Taller de Documentación Visual”, me dice el conserje: “¡Era un maestrasasazo!”

Me hizo recordar las conversaciones con él en los años 80: su riña con lo establecido, su arrojo para fundar un colectivo —a la manera de los históricos grupos SUMA, MIRA y NO GRUPO que nacieron en la misma institución—, a fin de revolucionar las conciencias y redimensionar pintura, escultura, diseño y conceptualización de aquello que llamamos contemporáneo bajo la premisa de la denuncia contra lo  injusto. El Taller de Documentación Visual nació en 1984 y acompañó las luchas de Cuba, Vietnam, Nicaragua y especialmente los movimientos de homosexuales porque Antonio Salazar no renunciaba a hincar el diente en aquello que lo laceraba socialmente.

Al cruzar el patio de la escuela observo las réplicas del arte griego y romano que invaden museos de Europa. La belleza corpórea que dilata la pupila y abre el canal del deseo a través del arte. En la exposición de Antonio Salazar/TDV —acervo de la UNAM—, contemplo que el clásico y neoclásico permean el trabajo artístico del grupo como si se apropiaran de la Academia de San Carlos y nos remontaran al circo romano de bellos hombres de su tiempo, amparado con tintes modernos donde el color es crucial en su propuesta. Ludicidad y sensualidad, lo bello y lo crítico que sin embargo no supera a lo clásico. Duele decirlo cuando por Salazar tengo un enorme aprecio por las viejas discusiones de juventud. (Igual critico a los hermanos Marín que adora una sociedad que olvidó que en el arte importa no la recreación o renovación o revolución de ideas, sí, pero más que nada la marca indeleble de un individuo que con su estilo sella una época de la historia del arte). 

No es tan sencillo ser artista de tu tiempo, y superarlo. Puedes ser moda pero no cambio sobre una mirada. Duele decirlo pero mejor la verdad que mentiras disfrazadas de arte recreativo. Hoy los museos tienen más falsedades que verdades para el futuro. De eso hablé varias veces con Salazar y aquí lo repito: el arte es inherente a la crítica. 


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Braulio Peralta
  • Braulio Peralta
  • juanamoza@gmail.com
  • Periodista, ensayista y editor. Autor de Otros nombres del arcoíris, El poeta en su tierra, diálogos con Octavio Paz y De un mundo raro, un libro de crónicas de sus personales viajes como corresponsal en España. Publica todos los lunes su columna La letra desobediente.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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