Política

El nuevo Estado mexicano (invertebrado)

Hay en la mirada de Claudio Lomnitz sobre México una luminosidad deslumbrante. Nos mira de cuerpo entero, sin ascos ni remilgos, y, desde ahí, nos ofrece un lenguaje más apto y más preciso para empezar a ponerle nombre a todo eso que nos resulta confuso, que no queremos ver y que urge mirar en el México realmente existente.

Hacen falta muchas ganas de entender y, al mismo tiempo, cierta distancia para poder mirar de frente, con claridad y sin moralismos, a un país en el que, por ejemplo, la desaparición forzada de mujeres se ha vuelto corriente y en el que ninguna autoridad responsable formalmente del asunto se hace cargo. O en el que se matan al año 10 veces más policías que en Estados Unidos y el dato no parece interesarle a nadie. O en el que los familiares de los desaparecidos en Morelos no confían ni en la Fiscalía del estado ni en la General de la República y exigen, en cambio, que 4 organizaciones distintas identifiquen el ADN de los restos en las fosas de Jojutla.

El último libro de Lomnitz, El tejido social rasgado, nos da noticia sobre un México nuevo que no hemos podido o querido nombrar. Un país hecho de dos piezas sociales y económicas básicas. Una isla de modernidad reluciente y pujante anclada en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Y, “otro” México que no cupo en la isla de la modernidad norteamericana y que acabó medio organizándose a través de un amasijo complejo e inestable de redes descentralizadas de poder informal, ilegal o criminal, crecientemente violento, que van desde lo más local a lo más global.

Esas dos piezas, nos dice Lomnitz, no solo viven lado a lado. Están entreveradas y configuran al nuevo Estado mexicano. Uno que terminó extrañado de sus propios policías y que se caracteriza por tener mucha soberanía y muy poca justicia. Estado soberano en el sentido de que ninguna fuerza o actor le disputa el dominio a los formalmente responsables de dirigirlo. Al mismo tiempo, Estado crecientemente incapaz de regular la violencia, la informalidad y el crimen, justo porque abandonó a sus viejas policías, las del largo reinado del partido hegemónico. Esas que corruptas y todo, habían logrado regular la violencia y administrar precariamente algo de justicia. Esas que el nuevo Estado mexicano ha intentado reformar con ahínco, pero que, con poquísimas excepciones, no ha conseguido sustituir con policías modernas ni acompañar con procuración de justicia digna de tal nombre.

El tejido social rasgado es una invitación a animarnos a ver qué hay detrás de frases que de tan manidas se habían quedado vacías como la de “tejido social”. Un llamado a desechar expresiones y “explicaciones” que no nombran nada ni explican nada. Como, por ejemplo, la de que somos ya o estamos a punto de ser “Estado fallido”. Una exhortación, finalmente, a mirar sin tapujos el marasmo generado por habernos empeñado en construir policías burocráticas-modernas, sin haber asumido el costo de rehacer el aparato de procuración de justicia en paralelo, o el de entrarle a lidiar con el desorden completo que ha producido —en la mayor parte de los casos— el desmantelamiento de las viejas policías municipales y preventivas.

El libro nos ofrece un nuevo lenguaje para volver a mirarnos. Lo hace no sólo desde lo abstracto, sino también desde el ras de tierra. Con su retrato brillante sobre la evolución del robo a la desaparición forzada de mujeres y lo que ella nos revela sobre las fracturas de fondo de la sociedad mexicana. También con sus descripciones extraordinarias sobre las transformaciones fundamentales que han experimentado dos actores centrales de la vida mexicana en décadas recientes: las policías municipales, preventivas y judiciales, por un lado, y las organizaciones criminales, por otro.

El trabajo de Lomnitz no se digiere fácil. Resulta indispensable escudriñar lo que nos revela, sin embargo, si acaso queremos entender de qué está hecho el México en el que vivimos y cuáles son los retos reales y concretos que efectivamente tenemos delante. 

Blanca Heredia

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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