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"Yo no quiero oro, yo no quiero plata…"

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Justo cuando el oro alcanzó su mayor precio en la historia, cuando la producción de plata y cobre comienza una fase real de recuperación, el gobierno federal dio un portazo al sector minero al eliminar a la subsecretaría del ramo. Todo en nombre de la austeridad.

En un país de gran tradición minera (más de 10 mil años, como se reveló hace unas semanas con el descubrimiento de minas de ocre en Quintana Roo) o con yacimientos como el de Fresnillo, que produce desde 1552, pareciera una broma el cierre de esta dependencia que atiende a un sector que genera más de 8% del PIB.

Durante los sexenios de López Portillo y De la Madrid la minería tenía su propia secretaría. Luego se convirtió en una coordinación y fue hasta 2016 en el gobierno de Enrique Peña Nieto que se creó la subsecretaría.

¿Qué hacía antes de su desaparición? Era una dependencia a cargo de Francisco Quiroga, considerado un aliado de los empresarios y los trabajadores. "Quiroga ha sido de los mejores funcionarios públicos que tuvo este sector", afirma el consultor minero Raúl García Reimbert. Su rol prioritario eran la promoción y desarrollo minero, otorgar y controlar concesiones, cobrar los derechos, el estudio geológico minero con el Servicio Geológico Nacional y el fondeo de inversión pequeña o mediana a través del Fideicomiso de Fomento Minero.

Los empresarios que son mascarón de proa de este sector son (en orden de tamaño) Alberto Baillères (Peñoles/Fresnillo), Germán Larrea (Grupo México) y Carlos Slim (Frisco). El resto del sector crece en compañías canadienses en su mayoría, donde destacan Newmont/Goldcorp y Torex. Una luz roja es que con la eliminación de la subsecretaría y los recientes cambios en el gabinete (con funcionarios claramente “antimineros”) es que continuará la falta de apoyo y ahora de interlocución.

A pesar de los altos precios de los metales preciosos y del aumento en la productividad de las minas después de los meses de confinamiento, lo mismo calculan que el sector tendrá este año pérdidas por 2 mil millones de dólares (mdd) en producción y otros 2 mil en exportación.

Con los rezagos en la revisión de concesiones, la polémica por los cobros de royalties y su distribución, el sector puede empeorar en cuanto a su atractivo en inversiones. "Si bien el año pasado recibimos inversión por 4 mil 657 mdd en el sector, fue 5% menos que en 2018. Desde que se eliminó la deducibilidad de los gastos de exploración a las mineras y aumentó la incertidumbre jurídica, dejamos de ser atractivos", me dice Karen Flores, directora general de la Cámara Minera de México (Camimex).

Ya a inicios de año el Instituto Fraser publicó su ranking anual de industrias mineras. En el rubro de "atractivo para inversionistas", México perdió nueve lugares, pasando de un histórico sitio 29 al 38 entre 76 jurisdicciones. Eso ya en la actual administración.

Un rubro en el estudio es "políticas públicas amigables con la minería". Con lo visto esta semana, seguro México pierde más atractivo.

barbara.anderson@milenio.com
@ba_anderson

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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