Esta semana en Palacio Nacional el Presidente le dio el espaldarazo a una reforma al sistema de pensiones impulsada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Nacional de Trabajadores (CTM) y la propia Secretaría de Hacienda.
Ópticamente parece una gran noticia, pero no lo es del todo.
¿Aumentar el monto de los aportes patronales y disminuir las semanas cotizadas es LA solución a uno de los sectores más complejos de la economía? No.
Eso sí, es una excelente noticia para las afores que manejarán el doble de los fondos que hoy reciben (unos 4.2 billones de pesos, el equivalente a 17.2% del PIB). De hecho los dos cambios que plantea esta reforma —baja en tiempo cotizado y aumento en las aportaciones— fueron cabildeados desde hace tiempo por la Asociación Mexicana de Afores (Amafore).
Pero en realidad esta reforma ni amplía la cobertura, ni garantiza una pensión decente a quien se pensione, ni es justa. ¿Por qué? Porque primero hay que entender lo heterogéneo y fragmentado del mercado laboral mexicano.
Veamos los puntos flacos de cada una de los cambios que trae esta ley (que ya está casi planchada en el Congreso):
1. Aumento de 6.5% a 15% de aportación. Esta medida vuelve mucho más difícil para un empleado informal conseguir un empleo formal, ya que el costo laboral aumenta. Los empresarios buscarán más alternativas (como el outsourcing) ante esta nueva carga. Tampoco las empresas informales ganaron incentivos para pasar a la formalidad. Y la realidad es que hoy 6 de cada 10 mexicanos trabajan en la informalidad, y esta cifra incluso puede aumentar al crecer los costos laborales.
2. Bajar de 1,250 a 750 las semanas cotizadas. La gente cambia muchas veces en su vida laboral del sector formal al informal y eso afecta el tiempo que hayan ahorrado. Pero si nos enfocamos solo en el 40% de trabajadores que cotizan actualmente, el promedio de tiempo que han cotizado es de solo 43% (su densidad de contribución). De hecho, de los 20 millones de empleados que cotizan en el IMSS, solo la mitad cumplen con apenas esas 750 semanas.
Las personas que hoy no cobran una pensión se debe más al poco tiempo cotizando o ahorrado que al monto aportado en su cuenta.
Esta reforma alcanzará en realidad a solo 2 de cada 4 empleados formales. Es decir, la otra mitad de quienes hoy cotizan y cuyos empleadores duplicarán sus aportes no tendrán acceso a una pensión.
En México trabajan 55 millones de personas, pero el anuncio no fue para todos: la CTM solo representa a 12% de los trabajadores y el CCE solo a las grandes empresas (con 17 millones de empleos formales).
Otra vez quedaron fuera las mipymes, que generan 72% del empleo formal y son 95.4% de las empresas del país.
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@ba_anderson