La desocupación, el cierre de negocios, la caída en los ingresos familiares y la incertidumbre sobre la crisis que trajo la epidemia empezó a tener sus efectos en la seguridad. “Al inicio de la pandemia, la gente y los delincuentes se quedaron en casa y bajó el delito en términos generales, pero pasado el tiempo los delincuentes han encontrado nuevas modalidades para adaptarse a la nueva normalidad y sacar provecho”, me explica Pablo Carstens, consultor y asesor en seguridad de Carstens Crisis & Risk Control.
Al inicio de la pandemia, con menos circulación en la vía pública, más negocios cerrados y familias encerradas, hubo una caída en la mayoría de los delitos patrimoniales en la vía pública como el robo a transeúntes y en el transporte público (en este caso cayó 43%), indica el último reporte del Observatorio Nacional Ciudadano.
El “Quédate en casa”, por ejemplo, cambió la manera en que se roba en las viviendas: antes siempre se esperaba a que el hogar estuviera solo y ahora eso ya es muy difícil por el confinamiento. “Esto provoca que los robos a casa habitación sean con más violencia e incluso ingresando con algo que ha crecido en la epidemia como es la entrega a domicilio”, agrega Carstens. El modus operandi es atacar a un repartidor de comida, generalmente, le quitan el celular con los datos de entrega, se colocan su chaleco y su mochila. Llegando al destino, no solo llega el pedido sino también un ladrón disfrazado.
Aumentaron los homicidios dolosos y de enero a junio sumaron un promedio diario de 96 casos.
El confinamiento también disparó uno de los delitos que más movilizó a las mujeres justo antes de la epidemia: los feminicidios. Solo en CdMx, la tasa de víctimas aumentó 35.3% versus el primer trimestre de 2019; en el segundo trimestre de 2020 crecieron 110% las carpetas de investigación de homicidios dolosos de mujeres y de feminicidios. En cuanto a violencia familiar, este delito también creció en 12 de las 32 entidades; solo en el Estado de México hubo 83.3% denuncias por cada 100 mil habitantes que en 2019. Y la violencia contra los menores de edad aumentó durante el confinamiento hasta ciento por ciento, según el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna).
“Como consecuencia de la falta de una estrategia de contención respecto a la crisis económica y de acciones de prevención del delito, prevemos un crecimiento de incidencia delictiva para el próximo semestre”, resume el Observatorio Nacional Ciudadano.
“Las extorsiones telefónicas que se operan desde verdaderos call centers en los reclusorios se multiplicaron por cuatro en estos meses”, agrega Carstens. Antes de la pandemia se registraban 11 mil intentos de extorsión al día.
En México menos de 1 de cada 100 delitos se castigan. Los incentivos están al revés (con o sin covid-19).
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