Como en los cuentos infantiles empezaré con el “había una vez… ”un cuerpo de agua tan grande que llegó a medir 2 mil kilómetros cuadrados estaba pleno de vida acuática, anfibios, ajolotes, aves, peces, crustáceos, algas,plantas subacuáticas, plantas ribereñas, llegaban a pasar el invierno patos, gallaretas, pelícanos y muchos otros seres vivos, pero… este paradisiaco lugar que prometía el mayor tesoro para cualquier forma de vida ya que contenía enormes cantidades de agua fue secado hasta su casi total extinción por… la mano del hombre.
Bernal Díaz del Castillo en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, (1943) refiere la impresión que tuvieron los conquistadores al encontrarse con el lago
“Desde que vimos cosas tan admirables, no sabíamos qué decir, o si era verdad lo que por delante parecía, que por una parte en tierra había grandes ciudades, y en la laguna otras muchas, y veíamoslo todo lleno de canoas, y en la calzada muchos puentes de trecho a trecho, y por delante estaba la gran ciudad de México…”
Desde luego que, si se asienta una ciudad en medio de un lago, las consecuencias son inundaciones, destrucción de los edificios y construcciones,así como gran riesgo para la vida. Esta circunstancia sucedía en importantes dimensiones como la gran inundación llamada “el diluvio de San Mateo” que en el mes de septiembre del año 1629 asoló la naciente ciudad ocasionando la muerte de miles de personas.
Ante esta gran afectación el Virrey Pacheco Osorio, sugirió cambiar la sede de la ciudad a otro lugar. Pero el Ayuntamiento argumentó que sería más caro construirla nuevamente. Aunque quizá con más visión hubiera sido lo mejor.
Ya instalada la ciudad de México fueron constantes las obras para controlar y desecar a como diera lugar el cuerpo lacustre.
Así fuimos consolidando el gran desastre ambiental que paulatinamente fue permeando nuestra cotidianía sin que se valorara la riqueza que significaba contar con el complejo lacustre, como espacio para mantener la vida y la biodiversidad y por su impacto ambiental al área circundante.
La ignorancia de la función ecosistémica del recurso natural y considerar a la naturaleza como insumo de una cadena productiva, lleva a esta crisis que requerimos combatir cambiando actitudes y aceptando que no hay seres superiores, que todos somos parte de un orden natural y que todos hacemos falta.