El Festival Internacional del Globo cumple un año más con éxito y se consolida como un gran producto con la marca León, Guanajuato.
Los visitantes disfrutaron nuevamente de los colores en el cielo leonés y las noches mágicas en el Parque Metropolitano. Las fotos, las historias en las redes sociales se viralizaron y se logró que se hable, y mucho, de León. Exactamente por eso, es que hay que cuidar a este producto de la ciudad de León y, por encima de todo, a los asistentes.
Ayer por la noche, unas horas antes del concierto del DJ internacional Martin Garrix, en las redes sociales corrían las historias de muchos jóvenes que afirmaban asistirían a la noche mágica en el Parque Metropolitano.
Se podían ver las tiendas de conveniencia de la ciudad de León con un flujo constante de jóvenes para comprar las entradas al Festival Internacional del Globo y participar en el espectáculo por solo 130 pesos o 143 pesos por internet.
Por supuesto es una oportunidad única asistir a un concierto así por ese costo, pero aquí es cuando deben plantearse ciertas consideraciones.
Durante el evento, los asistentes se fueron acumulando en el área tradicional donde se hacen los despegues por la mañana y en la noche solo se prenden algunos globos y se realizan los conciertos.
Desde un día antes se había informado que los espacios para acampar en el Parque Metropolitano para la noche del sábado ya estaban agotados. Esto, más los visitantes que adquirieron su boleto para el concierto, reunió a miles de personas en una explanada que se vio rebasada.
Hubo apretujones, mientras la gente saltaba con la música de Martin Garrix, algo completamente normal, pero en un espacio con sobrecupo, por lo que para algunos ya no fue una experiencia divertida.
En redes sociales hablaron de más de 50 lesionados leves, otros los calificaron como sofocados, pero la Secretaría de Seguridad Pública de León descartó que hubiera habido una estampida dentro del Parque Metropolitano.
Jóvenes que asistieron, entre ellas mi hija, afirman que vieron entre la gente, mujeres con sus bebés en brazos, parejas con carriolas tratando de proteger a los menores, mientras los jóvenes saltaban con la música y se empujaban.
Por supuesto algunos pensarán que es una irresponsabilidad llevar niños a un concierto masivo, pero es inevitable cuando se habla de un espectáculo completamente familiar.
Hay que evitar tragedias y estar preparados para manejar concentraciones de esa magnitud, por lo que sería bueno calcular mejor la convocatoria de este Festival Internacional del Globo y sus conciertos para evitar males mayores. El FIG es un éxito, mantengámoslo así.
andres.amieva@milenio.com