Yo tenía un sueño: entregarle la crítica de televisión al público. ¿Pero qué pasaba? Que cada vez que proponía esto, ya fuera en un medio privado, ya fuera en un medio público, me decían que no.
Que la gente era tonta, que la gente era naca, que la gente no sabía.
No, pero espérese, se pone peor. En varias partes me quisieron tirar línea. El programa se autorizaba si se hablaba bien de las producciones de casa y mal, de las de la competencia.
Lo más patético fue cuando me quisieron ver la cara, cuando me dijeron que sí pero, a mis espaldas, empezaron a buscar “actores de talk show” para que fingieran sus comentarios.
Para no hacerle el cuento largo, me tardé más de ocho años en encontrar un lugar donde existiera el respeto al público que necesitaba, la libertad editorial que tanto quería y, lo más importante de todo, una producción que estuviera dispuesta a invertir muchísimo tiempo en poder crear esto.
Porque no se trata nada más de llenar un estudio de televisión y picarle “REC” a un dispositivo.
¡No! Se trata de buscar mujeres y hombres de diferentes edades, orígenes y posiciones ideológicas.
Gente real que no cobrara, que genuinamente quisiera ejercer su derecho a criticar sin importar intereses, sin importar partidos políticos, sin importar televisoras.
A esto súmele que coincidiéramos en horarios y geografías y, lo más tremendo de todo, que nos pudiéramos sentar juntas y juntos, a veces durante horas, a ver completos los contenidos que íbamos a criticar.
Porque no estamos jugando a “me lo dijeron en Tik Tok”. Porque nos debe constar que todos hemos visto lo mismo. Porque tiene que ser de verdad.
El resultado es “Taller de las audiencias”, mi nuevo programa, el sueño de mi vida, cuya primera temporada se está transmitiendo en este momento los miércoles, como hoy, a las 19:00 en El Veintidós, el nuevo Canal 22.
Quiero reconocer públicamente la valentía, la disposición y la creatividad de todas y de todos en El Veintidós.
Porque, subraye esto que le voy a decir: todo el mundo jura y perjura que los medios públicos mexicanos sólo hacen propaganda a favor del gobierno.
A mí, jamás, me han pedido nada en ese sentido y en este programa el público, que son las audiencias reales de toda, de absolutamente toda la televisión mexicana, habla bien y habla mal de lo que quiere.
Esas mujeres y esos hombres, la semana pasada, por ejemplo, hicieron garras “Masiosare”. No tiene usted una idea de lo bueno que se puso porque comparamos con varios programas similares de la televisión privada como “Tercer grado”.
¿En qué otro sexenio yo hubiera podido haber conducido un programa así? ¿En qué otro canal?
Sí, ya sé lo que algunas personas deben estar pensando: que soy un traidor, que estoy jugando sucio.
¡Para nada! El buen juez por su casa empieza, la crítica es la única manera que tenemos para crecer y si queremos lo mejor para los contenidos que estamos consumiendo, tenemos que criticarlos bien, en serio, como lo estamos haciendo aquí.
No por nada nuestra presidenta siempre ha estado a favor del debate y la libertad de expresión.
No por nada muchas de las barbaridades que se han dicho de los medios públicos de esta administración son mentiras difundidas como parte de la pavorosa guerra ideológica que estamos padeciendo.
No sabe usted lo orgulloso que me siento de “Taller de las audiencias” y lo agradecido que estoy con mi familia de producción porque son mujeres y hombres de primera, los más profesionales, los más propositivos.
Hubo una vez un director de Milenio Diario que me dijo: “Álvaro, no está bien que escribas de tus programas”.
Yo, con toda la humildad de la que pude ser capaz, le contesté: “Perdóname. No lo hago por vanidad. Lo hago porque los pocos colegas que tengo, jamás lo van a hacer.
Al contrario, van a buscar la manera de que esto no se sepa, de hundirme, de fregarme.
Y ni te preocupes por el tema del autoelogio porque históricamente yo siempre he sido el primero en escribir mal de mi trabajo como lo prueba la crítica que hice de mi telenovela en 1997. La hemeroteca no me deja mentir”.
“Taller de las audiencias” no se parece a nada que exista en ningún canal de televisión ni de México ni del mundo. No es un formato internacional. No es una copia. Soy yo. Ya me puedo morir en paz.
Y si esto funciona y si El Veintidós permite que se hagan más temporadas, créame, le va a servir a muchas personas, le va a ayudar a muchos canales, instituciones, empresas y plataformas.
Luche con todas sus fuerzas por ver esto. La cita es hoy miércoles 21 de mayo a las 19:00 en El Veintidós y sus redes sociales como YouTube. Le va a gustar. De veras que sí.