Los conservadores dicen que los medios públicos están entregados a Andrés Manuel López Obrador, que sólo le hacen propaganda a Morena, que son un horror.
Yo ya le he demostrado, con hechos, que eso no es cierto. ¿Pero qué pasa cuando hablamos del Canal del Congreso?
¿Usted está a favor o en contra de sus contenidos? ¿Le gustan? ¿Le sirven?
Hay mucho odio, muchos intereses y mucha ignorancia cuando hablamos de medios públicos y en el caso del Canal del Congreso, peor.
Nadie se ha tomado la molestia de explicarle bien a las audiencias, una vez más, de qué trata, por qué es como es, ni sus increíbles complejidades.
El Canal del Congreso es un medio público como El Once, Canal Catorce, Capital 21 y Canal 22 pero su programación va por otro lado.
¿Por qué? Porque dentro del universo de los medios públicos, pertenece a la categoría de los medios parlamentarios.
Su misión no es necesariamente la de hacer contenidos como “Once niñas y niños”, “La dichosa palabra” y “Música de barrio”. Su misión es darle seguimiento a lo que ocurre tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores.
Ahora le voy a decir algo para que se asuste: El Canal del Congreso, nuestro Canal del Congreso de México, está considerado como el mejor canal parlamentario del mundo.
Y no lo digo yo, me lo dicen en todos los viajes internacionales que de repente me toca hacer para efectos académicos o periodísticos. Es una revelación.
¿Qué es lo que los más grandes especialistas del mundo admiran del Canal del Congreso? Su pluralidad, cantidad y diversidades de contenidos.
Aquí no hay de que si a favor de una corriente ideológica o de otra, o que si eso no se transmite porque no le conviene a alguien. Lo invito a analizar la programación de esta señal y no hay manera de acusarla de algo malo.
Es lo más transparente que existe en su tipo. ¿Y qué me dice de su programación? Todo lo que se hace ahí es estupendo y lo más admirable es que coincide al 100 por ciento con la divulgación de una cultura parlamentaria.
Y nada de lo que le estoy diciendo es nuevo. Todas las directoras y todos los directores que han pasado por ahí se han esmerado por construir esto que, a todas luces, es un orgullo de México.
Pero espérese, todavía no le digo lo mejor: el Canal del Congreso no es un canal, es un conglomerado de canales, redes sociales, Apps y hasta radio, y su trabajo es tan bueno que de ahí viven muchos periódicos, portales y noticiarios.
Por favor, no permita que le hablen mal del Canal del Congreso. Al contrario, hay que felicitarlo y hoy más que nunca porque, ¡qué cree!, estos guerreros de la comunicación acaban de cumplir 25 años al aire.
¿Sabe usted la cantidad de acontecimientos históricos que han salido a la luz pública gracias a la labor de estas mujeres y de esos hombres?
¿Se ha puesto a pensar en todo lo que tuvieron que luchar para llegar hasta donde han llegado? Son lo máximo y a mí me encantaría invitarlo a que le echara un ojo a sus diferentes contenidos.
Tenemos sus “producciones clásicas” como “Mesa de diálogo”, “Incursionando”, “Personalidades” y “Vértice internacional”
Pero, además, las nuevas temporadas de “¡No disparen, soy monero!”, “Mujeres imprescindibles”, “En el tintero” y “Cámara alta”.
Y la mejor noticia de todas: estrenos. ¡Sí! En el Canal del Congreso no paran de crear y a las pruebas me remito. Ahí vienen “La patria es primero”, “Entronización”, “200 años de Jalisco” y “De oficio reportero”.
Yo necesitaría una columna completa para profundizar en cada una de estas propuestas que vale oro como “Consonantes y+”, “Vivas, libres y sin miedo”, “En la banqueta”, “Legisladores del México contemporáneo”, “Las rápidas del congreso”, “15 minutos ante la historia”, “Derecho a saber” y “Frontera norte”.
Felicito públicamente a Eduardo Fernández, director general del Camal del Congreso, a todos su equipo de colaboradoras y de colaboradores, y muy especialmente a todos en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores.
Se deben sentir muy felices de contar con una herramienta tan útil, clara y profesional. ¿O usted qué opina?