“Una injusticia en contra de uno, es una amenaza para todos”
El día de ayer estaba en una comida cuando recibí un mensaje que decía: “Descalifican a Djokovic por golpear a un juez de línea con una pelota de tenis.” Lo primero que pensé fue que Djokovic le había lanzado al juez de línea un pelotazo en respuesta a una mala marcación. Lógico no pensé que quisiera pegarle, pero tal vez sí asustarlo o dejarle saber su descontento hacia su marcación.
Cuando pude ver la repetición, me impactó que por ese hecho hubieran descalificado al número uno del mundo, ya que a todas luces fue totalmente accidental y nunca fue con el ánimo de golpear a la juez de línea o de descargar su frustración con ella en particular.
Varios amigos en un chat empezaron a decir que estaba bien aplicado el reglamento. Lo decían con mucha seguridad como si ellos lo hubieran redactado. Por eso decidí pedir de manera textual qué decía.
El contenido del reglamento que me mandaron señala que procede la descalificación cuando el tenista haya “lanzado una pelota de tenis de manera violenta, peligrosa o con ira dentro del recinto”.
En lo personal creo que el reglamento incluye elementos “normativos” que se tienen que colmar para poder decir que se aplicó el reglamento.
¿Qué es esto? Que no basta lanzar la pelota de tenis (como decían mis amigos), sino que este lanzamiento se debía de hacer de manera violenta, peligrosa o con ira. Ahí fue cuando consideré que si el reglamento añadía elementos adicionales, los oficiales debieron dar una explicación más profunda al respecto, y no sólo decir que una juez de línea había sido golpeada con una pelota de tenis.
¿Cuál fue el elemento que los llevó a la definición de que lo hecho por Djokovic fue realizado de manera violenta, peligrosa o con ira?
En lo personal siento una enorme antipatía por Djokovic de siempre. Su forma de hacerse el lesionado cuando va perdiendo, su ademán de enviar su corazón al público al terminar cada partido que se me hace tan falso, o porque le ha ganado a Nadal casi siempre en los últimos años, como sea no soy su fan.
Sin embargo, no tengo que ser ferviente seguidor de él, para considerar que la decisión que se tomó el día de ayer fue más allá de un reglamento mal aplicado en detrimento del deporte.
Djokovic hoy es incómodo para muchos. Su papá varias veces ha salido a decir que su hijo es tratado de manera muy diferente a Federer o Nadal. Muchos lo atribuyen a su falta de carisma, otros a aspectos extradeportivos como intentar formar un sindicato de tenistas, o por hacer un torneo en plena pandemia que originó que varios tenistas se infectaron de covid.
Lo que me resulta difícil de creer es que hayan suspendido a un tenista que hoy por hoy es el indiscutible número uno del mundo, que este año ha ganado absolutamente todo (ATP CUP, el Australian Open, Dubái y el Masters 1000 de Cincinnati) y que no ha perdido un solo partido en todo el 2020 (26-0).
Por lo pronto el US Open de este 2020, es el primer Grand Slam después de 16 años seguidos en donde no está ni Federer, Nadal o Djokovic en cuartos de final. Y será el primer US Open desde 1997 en donde no hay en cuartos de final un ex campeón de este torneo.
Y ahora si, a partir de ayer la vara está medida. Sea quien sea, y lance una pelota, así sea con la mano, toque o no a un juez, tendrá que ser descalificado, así sea Federer con un estadio repleto en Wimbledon en su torneo de despedida.
Por eso creo que el costo de la decisión de ayer es muy alto. Quienes hacen los reglamentos, pero sobre todo quienes lo aplican, deberían tomar en consideración la adrenalina que se vive en esos momentos. Cada caso es distinto y debería ser evaluado en su justa proporción.
En el caso de Djokovic es por demás evidente que jamás quiso lastimar o amedrentar a la juez de línea. Ni siquiera hablamos de una fuerza desproporcionada. Cierto, no es lo correcto lanzar la pelota como lo hizo, pero no era para descalificarlo.
Es momento que el Reglamento empiece a definir los parámetros que te hacen transitar de la frustración a la ira, del desahogo a la violencia, o del peligro tanto en su forma culposa (accidental) como dolosa (con intención de pegar). Si no se hace esa distinción vamos a seguir viendo grandes injusticias, ya sea a favor o en contra de nuestros tenistas preferidos.
Porque al final no sé quién perdió más ayer: Djokovic o millones de aficionados al tenis en todo el mundo.